Mirada renovada

viernes, 28 de febrero de 2014

Hakomi-Principios-Relación Terapeútica



HAKOMI. PSICOTERAPIA CENTRADA EN EL CUERPO
(Publicado en junio de 2012)


Esta breve descripción del enfoque Hakomi te permitirá familiarizarte con el método. 

 
Hakomi se basa en la idea de que gran parte de nuestro sufrimiento cotidiano es en realidad innecesario y está producido por actitudes, creencias y programas inconscientes, que nos ayudaron a transitar durante nuestra infancia, se cristalizaron y a día de hoy no están actualizados, siendo innecesarios. Este enfoque está diseñado para hacer conscientes y transformar tales creencias. Este es un método de autoestudio y autodescubrimiento en compañía de un/a terapeuta. Puede traer a la conciencia procesos mentales, normalmente inaccesibles, de una forma suave y eficiente. Una vez que estos procesos mentales (como recuerdos, hábitos, emociones...) se hacen conscientes, pueden facilitar que esas creencias que nos limitan el potencial y nos generan un sufrimiento innecesario sean examinadas y modificadas, para proporcionarnos una manera más realista y satisfactoria de vivir la vida. 


El enfoque Hakomi es una Psicoterapia Experiencial. No se trata de hablar de tus problemas, ni de tener una larga conversación especulativa acerca de tus dificultades o tu historia emocional. Estamos convencidos de que tu historia emocional, la parte de ésta que ha creado las creencias y los hábitos inconscientes con los que te enfrentas al mundo, está operando en este preciso momento. Tu historia está presente en tu forma de hacer las cosas, en como te vives instante a instante . Por lo tanto, puedes esperar que el/la psicoterapeuta facilite el que tú tomes conciencia de estos hábitos y tú mismo/a descubras su significado, por medio de breves experimentos llevados a cabo en atención plena (Mindfulness).


Este trabajo de auto-descubrimiento asistido, requiere que seas capaz de entrar en un proceso de introspección carente de juicio y estés lo suficientemente centrado/a como para tomar conciencia de tus propias reacciones internas, como si estuvieras observando el comportamiento automático de otra persona. El terapeuta desde una posición cálida, comprensiva, sin juicios y mostrando un profundo respeto por la expresión de tu proceso, intentará propiciar un espacio seguro donde pueda facilitar el desplegar de la experiencia que necesitas para sanar.
  

Hakomi es una psicoterapia centrada en el cuerpo. Parte de una visión integrada del ser humano, en el que su experiencia física, cognitiva y emocional está interrelacionada. En el contexto terapéutico, los patrones habituales de movimiento y las estructuras corporales, serán utilizados como una poderosa ruta de acceso, de procesamiento y transformación del profundo material inconsciente, especialmente de esas creencias negativas que dan forma a cómo nos relacionamos con el mundo y con nosotros/as mismos/as.


El terapeuta Hakomi sigue muy de cerca tu expresión verbal y no verbal, el contenido, tu tono de voz, movimientos, gestos, postura, expresiones faciales... Al observar esto, puede hacerse una idea acerca del material inconsciente que está controlando tu propio comportamiento automático. Basándose en esa idea, el terapeuta te propone realizar breves experimentos, a menudo una simple frase o un experimento con el cuerpo, que se llevan a cabo mientras estás en un estado de atención plena. Estos pequeños experimentos, a menudo, provocan claras reacciones, casi siempre emocionales. Estas se vinculan con los procesos mentales inconscientes que las crean. Cuando una reacción sucede, momentos más tarde, los recuerdos, las creencias y asociaciones que habitualmente emergen, te ayudarán a dar sentido y significado a esa reacción. Una vez que estos recuerdos y creencias se hacen conscientes, nos encontramos ante la gran oportunidad de examinarlos y modificarlos.


Los cambios altamente favorables que puedes obtener con esta práctica son: Poder lograr una comprensión mucho más profunda de ti mismo/a, que te permita transformar conductas negativas persistentes, que te conduzcan a un significativo desarrollo de tu potencial. Durante este proceso, la vivencia de emociones dolorosas va a tener un importante impacto en el cuerpo, liberando a éste de bloqueos energéticos que pudieran ser la causa de problemas psicosomáticos. El resultado se expresará como una vida cotidiana más liviana y satisfactoria, con un mejor tono energético, envuelta en unas relaciones más plenas con tus semejantes.


PRINCIPIOS  (Publicado en junio de 2012)


El principal objetivo de la alianza terapeútica es crear las condiciones más favorables que puedan facilitar un pleno proceso de transformación. Con este fin, en la práctica de la Psicoterapia Hakomi nos dotamos de unos fundamentos a los que llamamos "PRINCIPIOS" que van a consistir en la filosofía subyacente que permea este enfoque y que condicionará la forma en la que el/la terapeuta se va a relacionar con la persona o grupo que pretende hacer cambios significativos. ¿Cúal va a ser la actitud del/la terapeuta? ¿Cómo se facilita el proceso de sanación?...



Cada enfoque terapeútico lo declare o no, tiene sus propios principios.Hace años, en los comienzos de la práctica de la Psicoterapia, el terapeuta debía encarnar el rol de una pantalla neutra, con una actitud de desapego emocional, sin contacto visual... Hoy en día investigaciones llevadas a cabo sobre la relación terapeútica, nos muestran que: el estar conectado emocionalmente con el cliente en atención plena, ser comprensivo, compasivo, crear un espacio seguro..., son actitudes que van a aumentar las posibilidades de éxito de la práctica.


No se trata de que la figura del terapeuta sólo esté de acuerdo con esos principios, sino que pueda encarnarlos, para que su modo de hacer, de facilitar el proceso, sea expresión viva de estos, creando así un contexto emocionalmente positivo que maximice el proceso sanador. El enfoque Hakomi siempre ha enfatizado que después de la motivación del cliente en la práctica de la psicoterapia, el desarrollo personal del terapeuta es el elemento más influyente en la evolución del proceso. Así la profundidad con que éste encarne los principios irá a determinar la eficacia del método.


Para ilustrar lo anterior podríamos citar a Chogyam Trungpa:


"El trabajo básico de los profesionales de la salud en general y de los psicoterapeutas en particular, es llegar a ser seres humanos plenos, para inspirar esa plenitud a personas que la sienten ausentes en sus vidas,"


Estos principios no son ideas que ha sido creadas recientemente, sino que han existido siempre en diferentes ámbitos, como patrimonio de la humanidad y provienen de la sabiduría de viejas tradiciones.


Voy a enumerar y explicar de manera breve varios principios que son el corazón, la filosofía subyacente, en la que se enraiza la práctica del enfoque Hakomi:

  • La Atención Plena-Mindfulness va a consistir el principio que le va a dotar a esta práctica de profundidad en el proceso de introspección. Consistirá en desarrollar un foco de observación del fluir de la experiencia interna, que de manera alerta y relajada, no rechace, ni juzgue, ni analice, ni intente cambiar nada, simplemente dé la bienvenida y acoja con un corazón abierto al desplegar de la experiencia, especialmente a ese dolor emocional, conductas negativas persistentes, creencias…, que nos limitan la capacidad de vivir y nos producen un sufrimiento innecesario, posibilitando así su transformación. Para que la persona que hace el proceso pueda disponer de una mayor atención plena, será fundamental que la figura del/la terapeuta que le va a acompañar, disponga de un considerable desarrollo de esta atención.
  • Organicidad. En contraposición con la visión que posiciona al/la Psicoterapeuta como un experto que sabe lo que tiene que hacer el paciente para sanar. El principio de organicidad considera que dentro de cada cliente* existe un impulso inteligente y creativo hacia la salud y que la labor del/la terapeuta es simplemente la de crear un marco, una atmósfera emocional, que facilite el desplegar de ese proceso que quiere suceder.
  • No Violencia. Este principio tiene que ver con la resistencia o las defensas que aparecen durante el proceso terapeútico, que lo dificultan y que son manejadas por otros enfoques por medio de la confrontación y el intentar "romper" esas defensas. En Hakomi apoyaremos lo que se llama "defensas”, pues este principio de no violencia considera que la fuerza genera contrafuerza. No queremos entrar en conflicto con éstas, simplemente vamos con su flujo y las estudiamos, pues tenemos la convicción de que es el amor y no la fuerza lo que las va a transformar de una manera genuina y de esta manera estamos creando unas condiciones más favorables para conseguir la colaboración de la mente inconsciente, la cual es indispensable para que se dé un profundo proceso de transformación.
  • Integración Cuerpo-Mente. A diferencia de enfoques o disciplinas reduccionistas, este principio nos proporciona una visión holística en la que el cuerpo y la mente son partes de un mismo sistema, donde los pensamientos, emociones y experiencia corporal están interrelacionadas. 
La forma en la que usamos nuestro cuerpo es expresión de nuestra psicología. Su estructura, postura, cómo se mueve, tensiones, expresión facial, tono de voz...revelan información. Para quien pueda tener conocimiento de la interrelación del cuerpo con la mente, éste puede ser una valiosa ruta de acceso a material inconsciente y un territorio muy favorable para su posterior transformación. La integración del cuerpo en el proceso, proporciona a la psicoterapia de una dimensión que le da más profundidad y tiene además el potencial de liberarlo de bloqueos energéticos, que son la causa de problemas psicosomáticos.
  • Unidad. Este principio afirma que el universo está formado por una red en la que todos sus elementos son inseparables y están interrelacionados. Desde una perspectiva personal, somos sistemas orgánicos vivientes compuestos de partes, que a la vez también formamos parte de sistemas más complejos. Aplicado esto a la práctica de la psicoterapia, podemos constatar que se pueden dar diferentes niveles de interrelación. A un nivel intrapsíquico será conveniente el posibilitar que el cliente identifique partes de su experiencia interna que están en conflicto, con el fin de crear comunicación; una vez que ésta es restablecida, un mayor sentido de totalidad es experimentado, facilitando en consecuencia que ocurra la reorganización y sanación. En la relación terapéutica se puede dar un nivel superior de unidad, sucede cuando las barreras egóicas de las dos partes se disuelven para dar paso a una realidad superior, estaríamos en este caso ante un nivel de Unidad Transpersonal en el que el proceso sucede guiado por una Inteligencia Superior.

*El término “cliente” aunque para algunas personas pueda sonar extraño, en contraposición al de “paciente” pretende diferenciar, que la inteligencia de la transformación está en la propia persona que hace el proceso en vez del/la terapeuta. Algo que desarrollaré de manera más explícita, en una futura aportación.


COMENTARIOS

Muy interesante pero ¿Sería tan amable de explicarme esta frase?:

"En la relación terapéutica se puede dar un nivel superior de unidad, sucede cuando las barreras egóicas de las dos partes se disuelven para dar paso a una realidad superior, estaríamos en este caso ante un nivel de Unidad Transpersonal en el que el proceso sucede guiado por una Inteligencia Superior"




Lo voy a intentar, pero de antemano te digo que pretender explicar con conceptos lo que pertenece a un plano superior de experiencia transpersonal no funciona, si no has experimentado dicha vivencia.

Te voy a poner un ejemplo. Imagínate que te pregunto. ¿Cómo es el sabor a chocolate? Si yo lo he probado, al margen de tu explicación, podré compartir o no lo que me dices y a pesar de ello yo ya conozco la experiencia. Pero en caso negativo me puedes dar toda la información que quieras, que no serán más que ideas que nunca me ayudarán a tener una comprensión de esa realidad.

Por lo que si no has tenido la experiencia de sentir que dentro de ti hay una dimensión más profunda, que trasciende el plano personal, por eso se llama transpersonal y se expresa con un sentimiento de unidad con todo lo que nos rodea. Mis palabras no van a ser suficientes para que tengas la comprensión de esa experiencia.

De todas formas, si tuvieras interés por intentar poder comprender dicha experiencia, te recomiendo el libro "El Poder del Ahora" de Eckhart Tolle. Este autor tiene la especial habilidad de apuntar de una manera sencilla a esa realidad, sus palabras no van destinadas a que tengas una comprensión conceptual de esa dimensión profunda, sino que van a indicarte el camino para que puedas experimentar esa realidad.

Aitor

RELACION TERAPEUTICA (Publicado en junio de 2012)


En el enfoque Hakomi la Relación Terapéutica se basa en unos Principios, de los que ya he comentado anteriormente y ahora con esta aportación pretendo matizar y profundizar.


Fue clave la persona de Carl Rogers para dar una nueva visión al papel de los roles de psicoterapeuta y paciente en la relación de ayuda. El planteamiento esencial de su enfoque proviene de considerar al ser humano como poseedor de una tendencia innata a la autorealización, esto es, a la superación constante y al desarrollo progresivo de su potencial. Su gran aportación fue dejar de ver a la persona que recurría a la psicoterapia como alguien dependiente que debía seguir las directrices del psicoterapeuta. Es por eso que descartó de su leguaje palabras que denotaban dependencia, limitación, como “paciente”, “diagnóstico”… Dando lugar a un nuevo posicionamiento del psicoterapeuta  en la relación de ayuda, que lo denominó “centrado en el cliente”, la cual reconocía que la inteligencia del proceso residía principalmente en el interior de la persona que recibía la ayuda.


Ron Kurtz el fundador del enfoque Hakomi se posicionó claramente con Carl Rogers asumiendo el principio de organicidad, como lo demuestra en la siguiente cita:

“El cliente no es un problema a ser resuelto, sino un proceso que quiere suceder”.

En consonancia con lo expresado anteriormente nuestra labor como psicoterapeutas es reconocer ese proceso que se quiere dar en el cliente y crear las condiciones más favorables (relación terapéutica),  para que ese impulso inteligente y creativo hacia la salud y la plenitud que reside como potencial dentro de cada ser humano,  pueda desplegarse de manera óptima. 


A diferencia de las máquinas que tienen que ser reparadas por algo externo, los seres humanos tenemos recursos internos para promover el cambio;  reorganizándonos,  sanando y desarrollando nuestras  inmensas capacidades.


Otro gran visionario que realizó una importante  aportación  a  la psicoterapia fue Wilhem Reich a través de la incorporación del cuerpo físico al proceso.  Comenta en su libro “Carácter y análisis” (1949):

 “La totalidad  del mundo de la experiencia pasada está encarnando el presente en la forma de actitudes de carácter. El carácter de una persona es la suma total de las experiencias del pasado… El doctor no necesita reconstruir el momento traumático, pues éste continua existiendo en cada respiración que el paciente toma, en cada gesto que hace.”


Las expresiones corporales dan a la psicoterapia centrada en el cuerpo Hakomi  el gran poder que tiene (Principio de integración cuerpo-mente),  debido a que revelan y proporcionan acceso a esos modelos mentales inconscientes que fueron creados durante nuestra infancia, los cuales nos hacen sufrir innecesariamente, y que nos proporcionan una idea distorsionada  de lo que somos, lo que podemos esperar del mundo, por lo tanto  condicionan  nuestra  experiencia y comportamiento, operando como hábitos fuera de nuestra conciencia y aunque son inconscientes influencian poderosamente en nuestra vida cotidiana. 


Lo que hace que la psicoterapia centrada en el cuerpo sea tan efectiva es que el lenguaje corporal del cliente nos está dando una información que es una directa expresión del inconsciente  y que sólo las palabras, la parte consciente no nos puede proporcionar.  Así que para quien pueda tener conocimiento de la interacción de la mente con el cuerpo, la expresión no verbal le va a indicar  posibles  rutas  de acceso a material inconsciente.


Además durante el procesamiento nos encontramos con que el dolor emocional tiene una expresión somática y muchas veces de manera automática e inconsciente el cuerpo intenta  reprimir esa energía dolorosa. Partes del cuerpo se defienden  de manera habitual creando tensión,  amortiguando  ese dolor, pero al mismo tiempo impidiendo que podamos hacernos dueños de esas energías contenidas, para poder vivirlas en plenitud y de esa manera liberarlas.

 
Alineados con el principio de no violencia reconocemos esas defensas y en lugar de luchar contra ellas las apoyamos.  En algunos casos será importante el ayudar a nuestros clientes para que comprendan su significado,  las razones por las que esas defensas fueron creadas y es en ese momento después de vivir el dolor emocional causado por la herida psicológica de la que se estaban  protegiendo, donde el adulto/a   puede tomar conciencia de que los motivos por las que el/la niño/a tomó aquellas decisiones  ya no existen. Pudiendo  crear en el favorable marco terapéutico,  la nueva experiencia que su modelo interno no le permite.


Si el cliente llega a vivir plenamente la energía bloqueada esta se libera,  la transformación ha ocurrido.  Manifestándose en su cuerpo sensaciones expansivas, agradables, completamente opuestas a ese cúmulo de sensaciones desagradables que configuraba el dolor emocional.


Por todo lo expuesto anteriormente podemos considerar al cuerpo como una poderosa herramienta de información y de transformación durante el proceso psicoterapéutico,  algo nada fácil de comprender para quien no lo haya vivido de manera experiencial desde la posición de cliente o terapeuta.



Gran parte del dolor que padecemos pervive en nosotros/as,  debido a  nuestro rechazo a vivirlo.  Esta  actitud  nos aleja del principio de unidad creando partes en conflicto: Consciente/inconsciente.  Adulta/o, niña/o,  figuras parentales críticas. Estamos a veces en conflicto con emociones como principalmente el enfado o las que nos conectan con la vulnerabilidad (tristeza y miedo).  A nivel somático nos podemos encontrar  con partes del cuerpo que no se relacionan, es típica la división entre los lados derecho e izquierdo del cuerpo... Por eso será importante que el terapeuta muestre interés por esas partes que en la experiencia vital del cliente no son aceptadas  y por medio de nombrarlas, validarlas y aceptarlas, pueda fomentar esa nueva relación en la persona que es sujeto del proceso.



Nadie está  libre del dolor y para poder emanciparnos de él necesitamos de su aceptación.  Pero nuestra negación y rechazo de éste hacen que alberguemos guerras en nuestro interior. Necesitamos reconocer que esas partes que duelen nos pertenecen,  no son nuestro enemigo y que sólo una actitud de un corazón abierto a su vivencia podrá transformarlas.  Paradójicamente podemos ser pacifistas y anhelar una convivencia planetaria donde la humanidad  se viva como una hermandad, cuando somos incapaces de instalarla dentro de nosotras/os,  en el único espacio del cual somos totalmente responsables.


La Atención Plena será el ingrediente necesario para que el cliente vaya  poniendo luz en esas partes oscuras de su existencia de las que no es consciente o las rechaza y que vaya desarrollando una calidad de atención,  que crece  cada vez con un mayor amor hacia él/ella  mismo/a,  para poder disolver así esas formas limitadoras del pasado que habitan en su interior. Será deseable que el estado de conciencia plena del terapeuta  acompañe al cliente facilitando así su desarrollo y  mantenga un estado de presencia no conceptual ante el despliegue de la experiencia verbal y no verbal del cliente, desde donde pueda observar la realidad sin ser contaminada por ideas preconcebidas o por modelos psicológicos teóricos. Todo esto desde una PresenciaAmorosa que recibe la totalidad de la vivencia del cliente con un corazón abierto y apoya el desplegar de su experiencia hacia el desarrollo de su pleno potencial


COMENTARIOS

Interesante y por propia experiencia muy válido. Sí señor.

El lenguaje desde luego pertenece al mundo de la psicología y puede ser " denso y árido " para el que no esté familiarizado con terminología del campo sobre el que se teoriza, por lo demás ningún pero o tal vez si, algo que quizás no tenga demasiada importancia, la terminología, la variación de paciente por la de cliente, será así , pero lo de paciente me parece más real e incluso "esperanzador " me sugiere alguien a la espera tranquila de una resolución que con ayuda llega a solucionar su dolor, me gusta más que lo de cliente que me suena a comercio, al final son términos y aunque se una pensamiento y lenguaje , yo personalmente elijo paciente, cuestión de términos, por lo demás, verdad de la buena.

Gracias por arrojar luz.



Gracias por tu contestación.

A mí la palabra "Cliente" también me chirriaba, de momento parece que no hay nada mejor, detrás de las palabras está su ideología y la palabra "paciente" viene de un modelo médico en el que la persona que quiere la ayuda busca a un experto que le haga el trabajo de sanación. 

Hay veces en la vida que ese modelo directivo es necesario, pero cuando nos referimos a un proceso psicoterapéutico no lo comparto, aunque hay muchos profesionales de la psicología que lo usan. La palabra "cliente" pretende dar el poder a quien hace el proceso relegando al psicoterapeuta a una posición de facilitador.

En última instancia palabras, pero lo que importa es la visión que está detrás de cada modelo, la cual va a configurar cual va a ser la relación terapéutica que facilite el mejor desarrollo del potencial de la persona que necesita la ayuda terapéutica.


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