Mirada renovada

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Mindfulness o Atención Plena


Hoy en día es significativo el interés que despierta esta técnica en el mundo Occidental. Es una práctica que proviene del Budismo y que  desprovista de cualquier contenido religioso- espiritual se está introduciendo en diferentes sectores sociales. Neurociencia, Medicina, Psicología, Enseñanza, Empresa, Prisiones, Deporte de élite…

Su gran impulsor ha sido el Doctor Jon Kabat-Zinn que a través de su práctica meditativa tuvo la visión de llevarla a grupos de personas que padecían de una enfermedad típica de nuestra civilización, el estrés. Desde una óptica en la que  contemplaba al cuerpo y la mente como una unidad que está interrelacionada( Medicina Integrativa), creó una clínica para ayudar a reducir el estrés y sus consecuencias negativas a ejecutivos por medio de la práctica de la “Atención Plena o Mindfulness”.

Si queremos disfrutar del regalo de la vida necesitamos de una conciencia que ilumine nuestra experiencia. Pero en general existe en nuestra actividad mental una tendencia a estar disociados de la realidad del momento presente en el que nos encontramos, es clara la frase de Jhon Lenon “La vida es lo que sucede, mientras estamos con la mente ocupada en otra parte”. La práctica de mindfulness pretende que empecemos a salir de una mente inundada por el pensamiento inconsciente y podamos ir poniendo conciencia en el desplegar de nuestra experiencia.

La conciencia en la respiración además de calmar la mente tiene la facultad de ir fortaleciendo el desarrollo de atención. Tu cuerpo y tu mente se unen permitiéndote estar disponible para ser consciente de la experiencia de tu paisaje interior o de tu relación con el exterior. A pesar de la inercia de la mente a perderse fuera del momento presente, regresamos al hogar interior a través de la respiración  para recuperar la magia de cada instante, algo que tiene un impacto muy positivo tanto en nuestro cuerpo como en nuestra mente. Todo esto está refrendado por la neurociencia y por el creciente número de personas que la practican.

Voy a enumerar algunas experiencias significativas que a nivel colectivo empiezan a florecer en torno a  la Atención Plena:

Recientemente en Barcelona se han celebrado unas jornadas “Las Escuelas Despiertas”, donde se  reconoce la importancia de esta práctica en el conjunto de agentes educativos: alumnos, educadores, padres… introduciendo dentro del material formativo aspectos que a través de la práctica de la Atención Plena, faciliten el progreso óptimo de las capacidades cognitivas.  En especial el desarrollo de la concentración,  factor tan importante para el aprendizaje y el manejo emocional los cuales posibilitan una mayor sintonía tanto personal como interrelacional  y que todo ello en última instancia  favorezcan el desarrollo de un ser humano más maduro e integrado.

Hace tiempo que el deporte de élite ha incorporado el entrenamiento de la mente, para propiciar el mayor rendimiento posible de los deportistas durante las competiciones.

Comentaba  Timothy Gallwey,  extenista  profesional y entrenador: “ Muchas veces somos nuestro peor enemigo, no es el adversario externo el que nos derrota, sino nuestras propias dudas, nuestro propio miedo y en última instancia nuestra falta de concentración”.

Expresaba que hay dos partidos en juego, “uno el que se lleva a cabo contra nuestro adversario y al otro le denomina “juego interior”. Éste tiene lugar en la mente del jugador y se juega contra obstáculos como la falta de concentración, nerviosismo, las dudas sobre uno mismo, las voces autocríticas negativas… En definitiva se trata de superar los hábitos mentales que impiden la excelencia en el rendimiento deportivo ”.

Continuaba diciendo: “Para un mejor dominio del juego interior, se necesita por encima de todo de una concentración relajada, centrada en el momento presente, que no está obsesionada con la victoria y que se sustenta en el desarrollo de una base de confianza en uno mismo. Consiguiendo de esta manera un desempeño espontáneo que sólo ocurre cuando la mente está en calma y forma una unidad con el cuerpo. Esta mente aquietada que habita el momento presente, deja las puertas abiertas a las  capacidades intuitivas que residen en nuestro interior, las cuales se expresan de manera genuina”.
Dentro del sistema penitenciario se están llevando a cabo importantes experiencias de aplicación de esta técnica. Uno de sus principales objetivos de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias es el procurar que las prisiones no sean sólo espacios de privación de libertad, sino que un marco que facilite la efectiva reeducación y reinserción social de los reclusos. Evitando a muchas personas tener que sufrir las consecuencias de tener que pasar parte de su vida en reclusión forzada, a familias el tener que padecer el drama de tener a un ser querido en prisión, mejorando a nivel colectivo la seguridad ciudadana y ahorrando al sistema parte de los elevados gastos sociales que precisa el mundo carcelario.
Existen muchos países en el mundo en el que han integrado en su sistema penitenciario programas de meditación o mindfulness, los cuales han conseguido demostrar la eficacia de esta práctica, a través  de la disminución del nivel de reincidencia de la actividad delictiva: India, USA, UK, Holanda, Nueva Zelanda, Rusia, Italia, Israel, Taiwan, Tailandia, Myanmar, Mongolia… Para quien pueda tener un interés en este tema hay dos excelentes documentales que relatan experiencias de transformación en las prisiones de USA (The Dhamma Brothers) y (Haciendo tiempo, haciendo Vipassana)  India,  que corroboran el potencial poder transformador de esta técnica.
En este contexto de privación de libertad, la experiencia de estar en prisión ofrece a los internos la oportunidad de reflexionar profundamente sobre la forma en que han conducido sus vidas. Para ello la práctica de mindfulness es una poderosa herramienta de introspección que facilita el autoconocimiento, preparando el camino para una transformación significativa.
El sistemático proceso de autoobservación interior que requiere la práctica de la meditación conduce a una mayor conciencia de las dinámicas psicológicas internas propiciando así un mayor autocontrol y equilibrio interior. En palabras de un interno de la prisión de Donalson USA, después de la práctica intensiva de Mindfulness:  “ahora me encuentro más capacitado para manejar mi vida de una manera más calmada, porque puedo ver mis situaciones y reacciones con una mejor perspectiva”.
Para cualquiera que quiera cambiar hábitos negativos de pensar y reaccionar, profundamente enraizados, necesita de un marco y una técnica que facilite la introspección, en el que  se pueda hacer consciente de dichas dinámicas internas. Para esto, la práctica de la meditación ayuda a  mirar en el interior y tomar conciencia de esos hábitos, para no dejarse llevar por sus formas perniciosas de reaccionar y poder empezar a desarrollar maneras  más favorables de responder a sus situaciones de vida, que ayuden a dar un nuevo sentido a la existencia.
En el mundo de la empresa están emergiendo “Negocios Conscientes”(Conscious business) como respuesta a un modelo económico que tiene síntomas alarmantes de decadencia. Hoy en día se habla de la tendencia a aumentar que tiene la dispar distribución de la riqueza, los ricos son cada vez más ricos, los datos que nos  llegan nos dicen que  los acaudalados refuerzan sus fortunas durante esta crisis que estamos viviendo. Las 85 personas más opulentas del planeta detentan la misma cantidad de riqueza que los 3.500 millones de personas que menos poseen, muchas de estas viven por debajo del umbral de pobreza e incluso algunas mueren de hambre a diario. Además las informaciones que recibimos acerca del impacto que este  modelo de desarrollo  está causando a nuestro planeta, son cada vez más desesperanzadoras y  en la medida que pasa el tiempo se consolidan como una mayor amenaza a nuestra supervivencia.

Recuerdo que cuando estudiaba en la Universidad se comentaba a Adam Smith uno de los fundadores de la Ciencia de la Economía, que en 1776 escribió un libro “Ensayo sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las Naciones” que esencialmente fue un estudio sobre la creación y acumulación de la riqueza en el que creó el término o metáfora “Mano invisible” con la que quería expresar la capacidad autoreguladora del libre mercado, decía: “Mientras que el individuo es movido por sus intereses egoístas es conducido por una Mano Invisible”, “No intentemos hacer el bien, dejémoslo nacer como subproducto del egoísmo”. Como si existiera una Providencia que se sirve de los instintos egoístas para procurar el bienestar colectivo.

Cada día es más evidente que el gran cambio que necesita la humanidad tiene que ver con un cambio interior en la persona. No podemos pretender que cuando alguien se guía por la meta del máximo beneficio, llevado de manera inconsciente por la pasión de la codicia, vaya a propiciar un beneficio a la colectividad, ya que sus intereses personales estarán en la mayor parte de los casos en contraposición con los generales.

A raíz de esta deriva del sistema económico en el que vivimos,  empiezan a surgir iniciativas en el mundo de los negocios en las que se comienza la jornada laboral con una práctica conjunta de desarrollo de atención plena y  con una conciencia de vivir en un mundo interdependiente, pretenden ser responsables de las consecuencias de la actividad que despliegan;  llevando a cabo acciones que benefician tanto a los seres humanos ( empleados, inversores, comercio justo con  productores de materia prima, donativos a seres desfavorecidos del planeta…), así como programas que minimizan lo negativo o favorezcan el impacto positivo de nuestra forma de desarrollo con el medio ambiente.

La crisis que padecemos en Occidente no es sólo económica y  a pesar del sofisticado progreso que hemos llegado a alcanzar, los niveles de sufrimiento son mayores que el de otras sociedades menos desarrolladas tecnológicamente. Es típico hoy en día recibir información o conocer a alguien que acaba de hacer un curso de Mindfulness.  Las investigaciones llevadas a cabo acerca de esta práctica, han logrado pruebas científicas de la eficacia de esta técnica para reducir el estrés, el insomnio, la ansiedad, la depresión, así como para desarrollar un más eficiente manejo emocional, comportamiento prosocial, habilidades cognitivas y en última instancia una mayor dicha. La disminución del sufrimiento psicológico, un mejor desempeño en las tareas profesionales están conduciendo a cada vez un número mayor de personas a la utilización de esta práctica.

Es alentador ver como el mundo secular está empezando a aplicar esta técnica de desarrollo de conciencia, que a su vez  es la base de movimientos milenarios espirituales, que utilizan la meditación o contemplación, como un camino de transformación profunda que conduce al descubrimiento de nuestra realidad última.

Hay quien opina que a nivel evolutivo lo que llamamos con el eufemismo de  “ser humano” no es más que el “animal pensante”, fruto del salto evolutivo que  dio el animal con la aparición de una mente capaz de habitar tanto en el pasado como en el futuro. No tenemos más que echar una mirada a los libros de historia y escuchar Telediarios para ser testigos de la ingente cantidad de sufrimiento infringido de unos individuos a otros, que contradicen  o cuestionan el calificativo de “humano”.

La Madre Tierra es un recurso limitado que no puede permitir que un modelo tan inconsciente de desarrollo ponga en peligro la supervivencia en el Planeta. Es por esto que nos podemos ver abocados a un cambio interior profundo (salto evolutivo), que posibilite el florecimiento de un Ser Humano Consciente, que  viva en armonía con todas las formas de vida y el planeta en su conjunto.

martes, 30 de septiembre de 2014

Conversaciones sin palabras


A veces la comunicación funciona mejor sin palabras y este es el caso de este tema musical titulado “Conversations”, compuesto por L. Subramanian e interpretado al violín por él mismo, acompañado por músicos también virtuosos como Jean Luc Ponty (violín) y Billy Cobham (batería).

Es emocionante sentir cómo se  comunican estos tres músicos, cómo sus instrumentos frasean melodías, ritmos que expresan sublimes sentimientos de la naturaleza humana.

Además es espléndido ser testigo de la comunión que se da durante la interpretación,  en especial el lenguaje corporal de Billy Cobhan, que expresa con su rostro el sentir desde lo profundo de su ser,  de las improvisaciones de sus acompañantes.

En estos tiempos en los que la diversidad muchas veces es un gran obstáculo para la convivencia humana. Más allá de las palabras, una bella estampa de un espacio multiétnico en el que florece la comunicación como  expresión genuina del corazón humano.

 

miércoles, 20 de agosto de 2014

Duelo




Formo parte de un servicio de ayuda que se ha creado en Karma  Samten Ling para personas que se enfrentan a experiencias relacionadas con la muerte. La experiencia nos indica que la práctica de la meditación nos ayuda a manejar y transformar estas situaciones tan dolorosas de la experiencia humana de manera positiva.


Este programa de ayuda se creó en Enero de 2014, parte de este servicio tiene que ver con el duelo por la muerte de un ser querido y voy a intentar transmitir lo que supone para mí esta experiencia.

Durante el primer semestre de este año han recibido ayuda 12 personas, curiosamente todas ellas son mujeres, hecho que confirma la poca presencia de hombres en terrenos relacionados con la vulnerabilidad emocional.

La pérdida de un ser querido nos va a provocar  dolor durante un lapso de tiempo,  llamamos  duelo a este período de aflicción. Su resolución dependerá de que, de manera activa nos hagamos cargo de cada una de las formas en las que el dolor se expresa y podamos aceptar la realidad de la pérdida, diciendo adiós a lo que nunca más podrá ser vivido.

Vivimos en una sociedad que niega los cambios que no le gustan, siendo esta actitud la causa de encontrarnos sin recursos ante una experiencia tan universal e importante, como es la propia muerte o la de un ser querido.

Un objetivo fundamental de la práctica meditativa es el reconocer que “las cosas son como son”, algo que resulta difícil cuando se trata de dolor emocional, pues debido a la negación, análisis mental, resistencia a lo desagradable… la percepción de la experiencia dolorosa no es bienvenida y se vive de manera distorsionada.

Por lo que parte importante del apoyo a esas personas que se enfrentan al dolor por la pérdida de un ser querido es ayudarles a desarrollar una actitud meditativa, que empieza a observar y tomar conciencia de las dinámicas reactivas del dolor que suceden en su interior.

Sucede que desde la perspectiva de aceptar la realidad como es, la persona doliente empieza a darse cuenta de cómo está en conflicto con esa parte suya que duele y que lo que realmente necesitan esas diferentes facetas del dolor son ser acogidas de manera compasiva.

Es en ese rendirse a la realidad como es, que implica la vivencia plena del dolor, cuando éste empieza a transformarse. Pero existe otro gran obstáculo que dificulta enormemente este proceso y tiene que ver con la aceptación de que la persona fallecida se ha ido para siempre.

Hace unos días preguntaba a una persona que lleva 4 años viuda y que sigue sumida desde entonces en una intensa aflicción: ¿Cómo sería tu vida sin ese dolor? Me contestaba: “Me sentiría muy sola”. Le resultó clarificador darse cuenta de cómo mantenía vivo el vínculo con su ser querido a través del dolor para intentar evitar su soledad.

Parte importante del desarrollo personal en nuestra vida tiene que ver con asumir nuestra propia soledad como una expresión sana de estar con uno/a mismo/a. En caso contrario es fácil que nos encontremos en relaciones disfuncionales sin entender qué nos lleva a elegir mal, sintiéndonos dependientes o incluso, después de varios fracasos, refugiados en una soledad defensiva, que renuncia a tener relaciones íntimas, ya que son el inevitable camino que nos conduce a un intenso sufrimiento.

La meditación nos ayuda a habitar nuestro interior, a encontrarnos con esas partes dolorosas que llevamos dentro. Así  desde una posición compasiva y un silencio mental que evita que el dolor emocional sea amplificado, podamos ir transformándolo.

Algo que prácticamente todas estas mujeres han comentado es la favorable energía acogedora del Centro Karma Samten Ling, hablan de que sienten paz y amor, ingredientes que propician una mayor apertura al dolor y su consiguiente transformación. Encontrándose a veces tremendamente sorprendidas de cómo han venido y cómo se van. Frecuentemente se marchan con un mayor tono vital, habiéndose aligerado de las densidades del dolor emocional y con un mayor discernimiento con respecto a las dinámicas internas que crean aflicción.

En lo que respecta a mí, es un privilegio esta oportunidad de ayudar a estas personas que se encuentran sumidas en procesos de duelo, apoyándoles para que puedan aceptar la realidad de sus pérdidas y poder así transformar su desdicha.

Pero, lo que más satisfacción me produce es cuando algunas de éstas resuenan positivamente con la meditación del Centro; aprecian, valoran y se comprometen a nivel personal con la práctica.  En última instancia su dolorosa pérdida no ha sido más que una gran oportunidad que les ha conducido a un camino de  profunda  transformación.

Qué maravilla, poder dar sentido a la existencia teniendo un norte, que nos permita encauzar nuestra energía vital hacia el pleno desarrollo de ese gran potencial que albergamos en nuestro interior.




miércoles, 4 de junio de 2014

Simplicidad


Durante mi caminar en el sendero espiritual, un rasgo que empieza a destacar en mi experiencia vital, es el de la simplicidad.

Si me desplazara hacia atrás en el tiempo, podría aseverar que una característica importante de cómo me vivía, era la de intentar ser alguien especial, no estar pillado por los valores de una vida convencional, pues lo consideraba una falta de libertad.

Manteniendo una estrategia de cambio, la vida estaba cargada de oportunidades y si algo empezaba a mostrar síntomas de monotonía o aburrimiento, era el momento de estar abierto para montarme en la primera quimera que pudiera ser tanto escuchada o proyectada por mi propia mente y embarcarme en ella.

Curiosamente aquella posición ante la vida, expresada con frases como: "Hay que vivir intensamente", "Hay que estar abierto a la aventura de vivir", que pretendía ser una actitud de renuncia a la seguridad de una vida tradicional, hoy en día se ha transformado en su antítesis, una vida ordinaria y mirando desde mi estrategia de "ser especial" que me guiaba en el pasado, podría representar el ocaso de quien pretendió ser alguien diferente y ha acabado rindiéndose a ser uno más del montón.

Pero sorprendentemente, el resultado lógico de haberme acercado más a ser un "Don Nadie", no me ha llevado a un estado cargado de decepción, resignación o depresión y paradógicamente lo que pudiera parecer como una claudicación ante mi pretensión de ser un tipo "auténtico" y no una calcamonía de un modelo, me está proporcionando un sentimiento de libertad y de autenticidad más genuino.

Se podría interpretar que todo esto es una consecuencia lógica de mi adaptación al ciclo vital, valga como ejemplo el refrán: "De joven incendiario y de mayor bombero", que en mi caso al haber cruzado la barrera de los sesenta, uno tiene que cambiar su paradigma vital, pues hay que adaptarse a las crecientes limitaciones del cuerpo físico y que en su redefinición, uno no renuncia a los más preciados estandartes de libertad y autenticidad de su modelo anterior.

Es a través de la práctica de la meditación que empiezo a experimentar cambios significativos en mi vida. Dejo de tomarme tan en serio a mi complicada mente egóica y como consecuencia me voy liberando de dinámicas internas, que además de causarme un sufrimiento innecesario, oscurecen mi mente, no permitiéndome reconocer la existencia de una realidad más profunda y es en el contacto con esa realidad donde empiezo a vivenciar una mayor quietud, que va consolidando una percepción intuitiva de que es en el residir en el SER donde subyace la verdadera libertad de ser uno mismo. Es a causa de esta práctica que empiezan a perder fuerza mis carencias y sus consiguientes compensaciones, la necesidad de cautivar o seducir y en última instancia, la presión de tener que ser alguien importante.

Pero el haber reconocido al ego como al agente que impide que yo me viva en el SER, no es condición suficiente para que pueda erradicarlo, soltando de repente condicionamientos e inercias de toda una vida. Es más, podría decir que le he visto durante este escrito al acecho de mis cambios, adaptándose con el mimetismo de un camaleón.

Es por eso que me encuentro en un despertar gradual, al que le queda camino por recorrer, donde de manera progresiva mi conciencia se va haciendo más dueña de mi existencia. Es en ese estar más consciente, donde a veces emerge mi dimensión Real, desde donde va amaneciendo una nueva forma de relacionarme conmigo mismo y con mi entorno, más amable, sencilla, profunda y es en esa quietud naciente, que se va aligerando de lastres del pasado, donde se expresa una mayor plenitud, que para nada tiene que ver con logros egóicos y que es fruto de una creciente simplicidad, desde donde a veces empiezo a descubrir una abundancia que siempre ha estado aquí y que yo me obstinaba en encontrarla en otra parte.

domingo, 4 de mayo de 2014

Substrayendo



Toda una vida orientados en conseguir cosas, éste es un aspecto importante del  paradigma cultural que vivimos en nuestra civilización, perseguimos el logro pues creemos que  es fuente de dicha, pero ésta última es efímera, ya que una vez que obtienes el objeto del deseo dura poco. Me viene a la mente la canción de aquellos iconos de mi generación los Rolling Stones. “Satisfaction”, en la que decían “Satisfacción, no puedo conseguirla…” Aquellos músicos de éxito que lo tenían todo lo que un joven podría desear: fama, dinero, drogas, sexo,…,  el mundo estaba a sus pies y a pesar de tenerlo aparentemente todo, la dicha se les escurría no podían sujetarla.
 
Esta es la trampa en la que nos encontramos sumidos prácticamente todos los mortales, pero a diferencia de este grupo mencionado, en general tenemos muchos sueños que nos quedan por hacerlos realidad y por lo tanto interpretamos que la insatisfacción la vivimos como consecuencia de la no realización de esos objetivos.
 
Suele suceder que con el paso del tiempo algunos vamos realizando esas quimeras que las vivíamos como el medio para alcanzar esa felicidad que tanto anhelamos, pero  nos damos cuenta que la euforia que acompaña a la consecución de ese objetivo tiene una vida corta, esto supone  para algunos una toma de conciencia de que nuestra trayectoria es equivocada, que tenemos que redirigirla y es aquí donde en la búsqueda algunos nos sentimos atraídos por planteamientos espirituales.
 
Nuestro acercamiento a la práctica espiritual suele estar también contaminado por este proceso adictivo de la mente, nos encontramos con nuevos objetivos y enseguida nos disponemos a poner los medios,  que tienen que ver con el esfuerzo y aunque la propia práctica contiene la enseñanza de que es el ego el que tiene que disolverse para poder vivenciar a nuestra Realidad Profunda, nuestras viejas inercias egóicas perviven disfrazándose de espirituales.
 
Es por eso que es muy conveniente disponer de la figura de un Guía Espiritual, de alguien que ha llegado a liberarse  de su mente egóica y que desde la atalaya que le proporciona el vivirse instalado en su Dimensión Profunda, nos hace de espejo para ayudarnos a esclarecer los sutiles juegos que el ego ejecuta para perpetuarse.
 
Además “la buena nueva” que nos trasmiten estos seres realizados es que dentro de cada uno de nosotros existe el mismo nivel de realización, pero que está tapado por las dinámicas egóicas. Entonces nos encontramos con que más que un proceso de conseguir logros, se trata de una sucesión de vaciado en la que tenemos que ir soltando nuestros apegos a las ideas, cosas, personas… 
 
Y no sólo  porque lo digan algunos seres, sino porque en la práctica personal, a través de mi despertar gradual, voy experimentando con ese soltar, una transformación  que me conduce a vivirme con una mayor calma mental, desde donde emerge un mayor discernimiento y una mayor calidez en mis relaciones con los demás, en resumen una mayor dicha, que  nada tiene que ver con la suma de logros y que es el fruto directo de un proceso de sustracción de algunos movimientos egóicos.
 
Esta es la causa de la tragedia humana, el tesoro que buscamos que le podemos llamar felicidad, ya lo tenemos dentro de cada uno de nosotros, el problema es que nos encontramos perdidos dando palos de ciego, culpando al exterior de nuestro sufrimiento. Aunque este sufrimiento es muchas veces el motor del cambio y es el revulsivo que nos  hace dejar el autoexilio  en el que de manera inconsciente nos encontramos, para retornar a nuestro cálido hogar interior y tomar conciencia de que la insatisfacción permanente que vivimos es una característica de la mente de superficie y que en nuestro Ser Profundo no existe la carencia, todo es pleno.
 

viernes, 21 de marzo de 2014

Envejeciendo Conscientemente



Hace unos pocos meses he cruzado la barrera de los sesenta, miro hacia atrás  y tengo la sensación de que el tiempo ha pasado muy rápido,  por increíble que parezca me encuentro entrando en “la tercera edad”, en la séptima década de mi vida.

Desde el punto de vista del cuerpo físico no es una etapa fácil, porque nos vamos a ir enfrentando al deterioro de éste, con la consiguiente pérdida progresiva de la imagen y  la constante amenaza que supone el cumplir años, ya que nuestras capacidades  irán mermando, mientras nos acercamos al final de la existencia del organismo, algo que puede suceder cargado de limitaciones e incluso a veces, rodeado de dolor físico. 

Por un lado los avances de la medicina prolongando la vida y por otro la existencia de anticonceptivos,  están produciendo en Occidente una inversión en la pirámide de población, nos encontramos con un porcentaje creciente de población de tercera edad.
 
Paradójicamente en la sociedad que vivimos  tan  centrada en lo aparente, hemos desarrollado muy poca comprensión hacia esta etapa de la vida, relacionándonos con ésta desde la  aversión y la negación. Hoy en día han crecido de manera considerable el número de servicios orientados a tapar los efectos del paso del tiempo en el cuerpo físico, la eterna juventud es una de las vacas sagradas de nuestra civilización, lo cual nos evidencia que estamos en conflicto con el final del ciclo de nuestra vida.

Nuestra civilización ha perdido la capacidad de valorar y reconocer a esta última etapa de la vida de la forma que otras culturas, a lo largo de la historia lo han hecho. Reconociendo  una sabiduría a las personas de edad avanzada debido a su mayor experiencia vital, que se llevaban a cabo en las consultas a los “Consejos de Ancianos” y que está presente en el refranero español con el dicho “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”.

Si miramos como está diseñado el ciclo vital del cuerpo físico, podemos ver diferentes etapas que una vida tiene que recorrer para completar su totalidad: niñez, juventud, madurez y vejez. Toda fase alberga su propio sentido, pero el problema de esta sociedad en la que vivimos es que con la perspectiva tan superficial que tiene, le sobra este último período de la existencia.

En realidad si no tenemos una visión basada en la experiencia, que el deterioro y muerte del cuerpo físico es un paso en el camino de la Vida, será difícil dar sentido a esta etapa. Para quien no haya descubierto que dentro de cada uno de nosotros/as existe una dimensión más profunda, que no envejece y que va a trascender la muerte del cuerpo, esta “tercera edad” con sus dificultades puede ser una buena oportunidad para dar con el profundo sentido de la existencia.

El envejecimiento supone la pérdida de nuestras capacidades, generalmente de manera progresiva vamos perdiendo aptitudes que nos hacen ser menos capaces en el desempeño de nuestros roles: profesionales, sociales y familiares. Pero mientras nuestras competencias para el “hacer” van disminuyendo  y este proceso no se dé con un deterioro cognitivo, este vacío puede proporcionar un mayor espacio para poder descubrir y ahondar en la naturaleza del “SER”.  

Quienes estamos  embarcados en un proceso espiritual, esta última fase será un inmejorable campo de pruebas para ir soltando nuestros apegos egóicos de manera consciente. Ya que durante esta etapa concluyente de la vida,  la realidad con la que nos vamos a encontrar, va a consistir en una merma progresiva de facultades y en última instancia con la muerte del cuerpo físico. En definitiva vamos a perderlo todo en este plano terrenal, logros cognitivos, materiales, seres queridos… 

Hasta la fecha no he empezado a sentir síntomas que me hagan constatar que me encuentro abocado en un proceso de merma de mis facultades, aunque reconozco que simplemente será una cuestión de tiempo. Pero considero importante  poder hacer una reflexión con respecto a qué cambios podemos llevar a cabo, para que nos podamos encontrar en unas condiciones más favorables cuando nos enfrentemos a posiciones vulnerables debido a la pérdida de aptitudes.

Hoy en día ante la deprimente opción que resultan los geriátricos, están empezando a surgir experiencias alternativas a estos, por individuos que se auto-organizan creando cooperativas de personas de edad avanzada, para poder dar respuestas más adecuadas a sus necesidades.

Para quienes con una edad media considerable, tenemos un compromiso con una práctica espiritual, puede ser un buen momento para realizar una reflexión sobre la posibilidad de crear un centro de desarrollo espiritual destinado a esta etapa de la vida. Un lugar donde tanto los internos como las personas que trabajen estén inmersas en la práctica. Donde seres queridos y personas que quieren participar como voluntarias hagan servicio, mirando a la decadencia del final de la vida de frente, un lugar donde nos podamos anticipar a aprender las lecciones que tiene esta aparente adversa etapa de la existencia.

Un espacio que no esté impregnado del miedo a la muerte, ni de esa tristeza  resignada que se respira ante el inevitable deterioro físico. Sino que sea un hogar en el que el faro de la Presencia ilumine los corazones de quienes lo habitan, donde las pérdidas, la decrepitud y la muerte del cuerpo físico no sean más que fenómenos adversos que en vez de victimizarnos nos ayuden a desarrollar una comprensión profunda de la impermanencia del mundo de la forma y que sirvan para consolidar de manera progresiva el enraizamiento en nuestro Ser Real.

Hoy en día podemos empezar a proyectar lo que podrá ser un refugio para cuando nos enfrentemos a las limitaciones del envejecimiento, una comunidad de practicantes  auto-organizada para la consecución de un espacio físico adecuado, donde en torno a ese proyecto se vaya consolidando una familia no biológica, en la que quienes incluso estén bien hagan cuidados para los más desvalidos y sea un espacio para el florecimiento de la Consciencia en este planeta.

viernes, 28 de febrero de 2014

Hakomi-Principios-Relación Terapeútica



HAKOMI. PSICOTERAPIA CENTRADA EN EL CUERPO
(Publicado en junio de 2012)


Esta breve descripción del enfoque Hakomi te permitirá familiarizarte con el método. 

 
Hakomi se basa en la idea de que gran parte de nuestro sufrimiento cotidiano es en realidad innecesario y está producido por actitudes, creencias y programas inconscientes, que nos ayudaron a transitar durante nuestra infancia, se cristalizaron y a día de hoy no están actualizados, siendo innecesarios. Este enfoque está diseñado para hacer conscientes y transformar tales creencias. Este es un método de autoestudio y autodescubrimiento en compañía de un/a terapeuta. Puede traer a la conciencia procesos mentales, normalmente inaccesibles, de una forma suave y eficiente. Una vez que estos procesos mentales (como recuerdos, hábitos, emociones...) se hacen conscientes, pueden facilitar que esas creencias que nos limitan el potencial y nos generan un sufrimiento innecesario sean examinadas y modificadas, para proporcionarnos una manera más realista y satisfactoria de vivir la vida. 


El enfoque Hakomi es una Psicoterapia Experiencial. No se trata de hablar de tus problemas, ni de tener una larga conversación especulativa acerca de tus dificultades o tu historia emocional. Estamos convencidos de que tu historia emocional, la parte de ésta que ha creado las creencias y los hábitos inconscientes con los que te enfrentas al mundo, está operando en este preciso momento. Tu historia está presente en tu forma de hacer las cosas, en como te vives instante a instante . Por lo tanto, puedes esperar que el/la psicoterapeuta facilite el que tú tomes conciencia de estos hábitos y tú mismo/a descubras su significado, por medio de breves experimentos llevados a cabo en atención plena (Mindfulness).


Este trabajo de auto-descubrimiento asistido, requiere que seas capaz de entrar en un proceso de introspección carente de juicio y estés lo suficientemente centrado/a como para tomar conciencia de tus propias reacciones internas, como si estuvieras observando el comportamiento automático de otra persona. El terapeuta desde una posición cálida, comprensiva, sin juicios y mostrando un profundo respeto por la expresión de tu proceso, intentará propiciar un espacio seguro donde pueda facilitar el desplegar de la experiencia que necesitas para sanar.
  

Hakomi es una psicoterapia centrada en el cuerpo. Parte de una visión integrada del ser humano, en el que su experiencia física, cognitiva y emocional está interrelacionada. En el contexto terapéutico, los patrones habituales de movimiento y las estructuras corporales, serán utilizados como una poderosa ruta de acceso, de procesamiento y transformación del profundo material inconsciente, especialmente de esas creencias negativas que dan forma a cómo nos relacionamos con el mundo y con nosotros/as mismos/as.


El terapeuta Hakomi sigue muy de cerca tu expresión verbal y no verbal, el contenido, tu tono de voz, movimientos, gestos, postura, expresiones faciales... Al observar esto, puede hacerse una idea acerca del material inconsciente que está controlando tu propio comportamiento automático. Basándose en esa idea, el terapeuta te propone realizar breves experimentos, a menudo una simple frase o un experimento con el cuerpo, que se llevan a cabo mientras estás en un estado de atención plena. Estos pequeños experimentos, a menudo, provocan claras reacciones, casi siempre emocionales. Estas se vinculan con los procesos mentales inconscientes que las crean. Cuando una reacción sucede, momentos más tarde, los recuerdos, las creencias y asociaciones que habitualmente emergen, te ayudarán a dar sentido y significado a esa reacción. Una vez que estos recuerdos y creencias se hacen conscientes, nos encontramos ante la gran oportunidad de examinarlos y modificarlos.


Los cambios altamente favorables que puedes obtener con esta práctica son: Poder lograr una comprensión mucho más profunda de ti mismo/a, que te permita transformar conductas negativas persistentes, que te conduzcan a un significativo desarrollo de tu potencial. Durante este proceso, la vivencia de emociones dolorosas va a tener un importante impacto en el cuerpo, liberando a éste de bloqueos energéticos que pudieran ser la causa de problemas psicosomáticos. El resultado se expresará como una vida cotidiana más liviana y satisfactoria, con un mejor tono energético, envuelta en unas relaciones más plenas con tus semejantes.


PRINCIPIOS  (Publicado en junio de 2012)


El principal objetivo de la alianza terapeútica es crear las condiciones más favorables que puedan facilitar un pleno proceso de transformación. Con este fin, en la práctica de la Psicoterapia Hakomi nos dotamos de unos fundamentos a los que llamamos "PRINCIPIOS" que van a consistir en la filosofía subyacente que permea este enfoque y que condicionará la forma en la que el/la terapeuta se va a relacionar con la persona o grupo que pretende hacer cambios significativos. ¿Cúal va a ser la actitud del/la terapeuta? ¿Cómo se facilita el proceso de sanación?...



Cada enfoque terapeútico lo declare o no, tiene sus propios principios.Hace años, en los comienzos de la práctica de la Psicoterapia, el terapeuta debía encarnar el rol de una pantalla neutra, con una actitud de desapego emocional, sin contacto visual... Hoy en día investigaciones llevadas a cabo sobre la relación terapeútica, nos muestran que: el estar conectado emocionalmente con el cliente en atención plena, ser comprensivo, compasivo, crear un espacio seguro..., son actitudes que van a aumentar las posibilidades de éxito de la práctica.


No se trata de que la figura del terapeuta sólo esté de acuerdo con esos principios, sino que pueda encarnarlos, para que su modo de hacer, de facilitar el proceso, sea expresión viva de estos, creando así un contexto emocionalmente positivo que maximice el proceso sanador. El enfoque Hakomi siempre ha enfatizado que después de la motivación del cliente en la práctica de la psicoterapia, el desarrollo personal del terapeuta es el elemento más influyente en la evolución del proceso. Así la profundidad con que éste encarne los principios irá a determinar la eficacia del método.


Para ilustrar lo anterior podríamos citar a Chogyam Trungpa:


"El trabajo básico de los profesionales de la salud en general y de los psicoterapeutas en particular, es llegar a ser seres humanos plenos, para inspirar esa plenitud a personas que la sienten ausentes en sus vidas,"


Estos principios no son ideas que ha sido creadas recientemente, sino que han existido siempre en diferentes ámbitos, como patrimonio de la humanidad y provienen de la sabiduría de viejas tradiciones.


Voy a enumerar y explicar de manera breve varios principios que son el corazón, la filosofía subyacente, en la que se enraiza la práctica del enfoque Hakomi:

  • La Atención Plena-Mindfulness va a consistir el principio que le va a dotar a esta práctica de profundidad en el proceso de introspección. Consistirá en desarrollar un foco de observación del fluir de la experiencia interna, que de manera alerta y relajada, no rechace, ni juzgue, ni analice, ni intente cambiar nada, simplemente dé la bienvenida y acoja con un corazón abierto al desplegar de la experiencia, especialmente a ese dolor emocional, conductas negativas persistentes, creencias…, que nos limitan la capacidad de vivir y nos producen un sufrimiento innecesario, posibilitando así su transformación. Para que la persona que hace el proceso pueda disponer de una mayor atención plena, será fundamental que la figura del/la terapeuta que le va a acompañar, disponga de un considerable desarrollo de esta atención.
  • Organicidad. En contraposición con la visión que posiciona al/la Psicoterapeuta como un experto que sabe lo que tiene que hacer el paciente para sanar. El principio de organicidad considera que dentro de cada cliente* existe un impulso inteligente y creativo hacia la salud y que la labor del/la terapeuta es simplemente la de crear un marco, una atmósfera emocional, que facilite el desplegar de ese proceso que quiere suceder.
  • No Violencia. Este principio tiene que ver con la resistencia o las defensas que aparecen durante el proceso terapeútico, que lo dificultan y que son manejadas por otros enfoques por medio de la confrontación y el intentar "romper" esas defensas. En Hakomi apoyaremos lo que se llama "defensas”, pues este principio de no violencia considera que la fuerza genera contrafuerza. No queremos entrar en conflicto con éstas, simplemente vamos con su flujo y las estudiamos, pues tenemos la convicción de que es el amor y no la fuerza lo que las va a transformar de una manera genuina y de esta manera estamos creando unas condiciones más favorables para conseguir la colaboración de la mente inconsciente, la cual es indispensable para que se dé un profundo proceso de transformación.
  • Integración Cuerpo-Mente. A diferencia de enfoques o disciplinas reduccionistas, este principio nos proporciona una visión holística en la que el cuerpo y la mente son partes de un mismo sistema, donde los pensamientos, emociones y experiencia corporal están interrelacionadas. 
La forma en la que usamos nuestro cuerpo es expresión de nuestra psicología. Su estructura, postura, cómo se mueve, tensiones, expresión facial, tono de voz...revelan información. Para quien pueda tener conocimiento de la interrelación del cuerpo con la mente, éste puede ser una valiosa ruta de acceso a material inconsciente y un territorio muy favorable para su posterior transformación. La integración del cuerpo en el proceso, proporciona a la psicoterapia de una dimensión que le da más profundidad y tiene además el potencial de liberarlo de bloqueos energéticos, que son la causa de problemas psicosomáticos.
  • Unidad. Este principio afirma que el universo está formado por una red en la que todos sus elementos son inseparables y están interrelacionados. Desde una perspectiva personal, somos sistemas orgánicos vivientes compuestos de partes, que a la vez también formamos parte de sistemas más complejos. Aplicado esto a la práctica de la psicoterapia, podemos constatar que se pueden dar diferentes niveles de interrelación. A un nivel intrapsíquico será conveniente el posibilitar que el cliente identifique partes de su experiencia interna que están en conflicto, con el fin de crear comunicación; una vez que ésta es restablecida, un mayor sentido de totalidad es experimentado, facilitando en consecuencia que ocurra la reorganización y sanación. En la relación terapéutica se puede dar un nivel superior de unidad, sucede cuando las barreras egóicas de las dos partes se disuelven para dar paso a una realidad superior, estaríamos en este caso ante un nivel de Unidad Transpersonal en el que el proceso sucede guiado por una Inteligencia Superior.

*El término “cliente” aunque para algunas personas pueda sonar extraño, en contraposición al de “paciente” pretende diferenciar, que la inteligencia de la transformación está en la propia persona que hace el proceso en vez del/la terapeuta. Algo que desarrollaré de manera más explícita, en una futura aportación.


COMENTARIOS

Muy interesante pero ¿Sería tan amable de explicarme esta frase?:

"En la relación terapéutica se puede dar un nivel superior de unidad, sucede cuando las barreras egóicas de las dos partes se disuelven para dar paso a una realidad superior, estaríamos en este caso ante un nivel de Unidad Transpersonal en el que el proceso sucede guiado por una Inteligencia Superior"




Lo voy a intentar, pero de antemano te digo que pretender explicar con conceptos lo que pertenece a un plano superior de experiencia transpersonal no funciona, si no has experimentado dicha vivencia.

Te voy a poner un ejemplo. Imagínate que te pregunto. ¿Cómo es el sabor a chocolate? Si yo lo he probado, al margen de tu explicación, podré compartir o no lo que me dices y a pesar de ello yo ya conozco la experiencia. Pero en caso negativo me puedes dar toda la información que quieras, que no serán más que ideas que nunca me ayudarán a tener una comprensión de esa realidad.

Por lo que si no has tenido la experiencia de sentir que dentro de ti hay una dimensión más profunda, que trasciende el plano personal, por eso se llama transpersonal y se expresa con un sentimiento de unidad con todo lo que nos rodea. Mis palabras no van a ser suficientes para que tengas la comprensión de esa experiencia.

De todas formas, si tuvieras interés por intentar poder comprender dicha experiencia, te recomiendo el libro "El Poder del Ahora" de Eckhart Tolle. Este autor tiene la especial habilidad de apuntar de una manera sencilla a esa realidad, sus palabras no van destinadas a que tengas una comprensión conceptual de esa dimensión profunda, sino que van a indicarte el camino para que puedas experimentar esa realidad.

Aitor

RELACION TERAPEUTICA (Publicado en junio de 2012)


En el enfoque Hakomi la Relación Terapéutica se basa en unos Principios, de los que ya he comentado anteriormente y ahora con esta aportación pretendo matizar y profundizar.


Fue clave la persona de Carl Rogers para dar una nueva visión al papel de los roles de psicoterapeuta y paciente en la relación de ayuda. El planteamiento esencial de su enfoque proviene de considerar al ser humano como poseedor de una tendencia innata a la autorealización, esto es, a la superación constante y al desarrollo progresivo de su potencial. Su gran aportación fue dejar de ver a la persona que recurría a la psicoterapia como alguien dependiente que debía seguir las directrices del psicoterapeuta. Es por eso que descartó de su leguaje palabras que denotaban dependencia, limitación, como “paciente”, “diagnóstico”… Dando lugar a un nuevo posicionamiento del psicoterapeuta  en la relación de ayuda, que lo denominó “centrado en el cliente”, la cual reconocía que la inteligencia del proceso residía principalmente en el interior de la persona que recibía la ayuda.


Ron Kurtz el fundador del enfoque Hakomi se posicionó claramente con Carl Rogers asumiendo el principio de organicidad, como lo demuestra en la siguiente cita:

“El cliente no es un problema a ser resuelto, sino un proceso que quiere suceder”.

En consonancia con lo expresado anteriormente nuestra labor como psicoterapeutas es reconocer ese proceso que se quiere dar en el cliente y crear las condiciones más favorables (relación terapéutica),  para que ese impulso inteligente y creativo hacia la salud y la plenitud que reside como potencial dentro de cada ser humano,  pueda desplegarse de manera óptima. 


A diferencia de las máquinas que tienen que ser reparadas por algo externo, los seres humanos tenemos recursos internos para promover el cambio;  reorganizándonos,  sanando y desarrollando nuestras  inmensas capacidades.


Otro gran visionario que realizó una importante  aportación  a  la psicoterapia fue Wilhem Reich a través de la incorporación del cuerpo físico al proceso.  Comenta en su libro “Carácter y análisis” (1949):

 “La totalidad  del mundo de la experiencia pasada está encarnando el presente en la forma de actitudes de carácter. El carácter de una persona es la suma total de las experiencias del pasado… El doctor no necesita reconstruir el momento traumático, pues éste continua existiendo en cada respiración que el paciente toma, en cada gesto que hace.”


Las expresiones corporales dan a la psicoterapia centrada en el cuerpo Hakomi  el gran poder que tiene (Principio de integración cuerpo-mente),  debido a que revelan y proporcionan acceso a esos modelos mentales inconscientes que fueron creados durante nuestra infancia, los cuales nos hacen sufrir innecesariamente, y que nos proporcionan una idea distorsionada  de lo que somos, lo que podemos esperar del mundo, por lo tanto  condicionan  nuestra  experiencia y comportamiento, operando como hábitos fuera de nuestra conciencia y aunque son inconscientes influencian poderosamente en nuestra vida cotidiana. 


Lo que hace que la psicoterapia centrada en el cuerpo sea tan efectiva es que el lenguaje corporal del cliente nos está dando una información que es una directa expresión del inconsciente  y que sólo las palabras, la parte consciente no nos puede proporcionar.  Así que para quien pueda tener conocimiento de la interacción de la mente con el cuerpo, la expresión no verbal le va a indicar  posibles  rutas  de acceso a material inconsciente.


Además durante el procesamiento nos encontramos con que el dolor emocional tiene una expresión somática y muchas veces de manera automática e inconsciente el cuerpo intenta  reprimir esa energía dolorosa. Partes del cuerpo se defienden  de manera habitual creando tensión,  amortiguando  ese dolor, pero al mismo tiempo impidiendo que podamos hacernos dueños de esas energías contenidas, para poder vivirlas en plenitud y de esa manera liberarlas.

 
Alineados con el principio de no violencia reconocemos esas defensas y en lugar de luchar contra ellas las apoyamos.  En algunos casos será importante el ayudar a nuestros clientes para que comprendan su significado,  las razones por las que esas defensas fueron creadas y es en ese momento después de vivir el dolor emocional causado por la herida psicológica de la que se estaban  protegiendo, donde el adulto/a   puede tomar conciencia de que los motivos por las que el/la niño/a tomó aquellas decisiones  ya no existen. Pudiendo  crear en el favorable marco terapéutico,  la nueva experiencia que su modelo interno no le permite.


Si el cliente llega a vivir plenamente la energía bloqueada esta se libera,  la transformación ha ocurrido.  Manifestándose en su cuerpo sensaciones expansivas, agradables, completamente opuestas a ese cúmulo de sensaciones desagradables que configuraba el dolor emocional.


Por todo lo expuesto anteriormente podemos considerar al cuerpo como una poderosa herramienta de información y de transformación durante el proceso psicoterapéutico,  algo nada fácil de comprender para quien no lo haya vivido de manera experiencial desde la posición de cliente o terapeuta.



Gran parte del dolor que padecemos pervive en nosotros/as,  debido a  nuestro rechazo a vivirlo.  Esta  actitud  nos aleja del principio de unidad creando partes en conflicto: Consciente/inconsciente.  Adulta/o, niña/o,  figuras parentales críticas. Estamos a veces en conflicto con emociones como principalmente el enfado o las que nos conectan con la vulnerabilidad (tristeza y miedo).  A nivel somático nos podemos encontrar  con partes del cuerpo que no se relacionan, es típica la división entre los lados derecho e izquierdo del cuerpo... Por eso será importante que el terapeuta muestre interés por esas partes que en la experiencia vital del cliente no son aceptadas  y por medio de nombrarlas, validarlas y aceptarlas, pueda fomentar esa nueva relación en la persona que es sujeto del proceso.



Nadie está  libre del dolor y para poder emanciparnos de él necesitamos de su aceptación.  Pero nuestra negación y rechazo de éste hacen que alberguemos guerras en nuestro interior. Necesitamos reconocer que esas partes que duelen nos pertenecen,  no son nuestro enemigo y que sólo una actitud de un corazón abierto a su vivencia podrá transformarlas.  Paradójicamente podemos ser pacifistas y anhelar una convivencia planetaria donde la humanidad  se viva como una hermandad, cuando somos incapaces de instalarla dentro de nosotras/os,  en el único espacio del cual somos totalmente responsables.


La Atención Plena será el ingrediente necesario para que el cliente vaya  poniendo luz en esas partes oscuras de su existencia de las que no es consciente o las rechaza y que vaya desarrollando una calidad de atención,  que crece  cada vez con un mayor amor hacia él/ella  mismo/a,  para poder disolver así esas formas limitadoras del pasado que habitan en su interior. Será deseable que el estado de conciencia plena del terapeuta  acompañe al cliente facilitando así su desarrollo y  mantenga un estado de presencia no conceptual ante el despliegue de la experiencia verbal y no verbal del cliente, desde donde pueda observar la realidad sin ser contaminada por ideas preconcebidas o por modelos psicológicos teóricos. Todo esto desde una PresenciaAmorosa que recibe la totalidad de la vivencia del cliente con un corazón abierto y apoya el desplegar de su experiencia hacia el desarrollo de su pleno potencial


COMENTARIOS

Interesante y por propia experiencia muy válido. Sí señor.

El lenguaje desde luego pertenece al mundo de la psicología y puede ser " denso y árido " para el que no esté familiarizado con terminología del campo sobre el que se teoriza, por lo demás ningún pero o tal vez si, algo que quizás no tenga demasiada importancia, la terminología, la variación de paciente por la de cliente, será así , pero lo de paciente me parece más real e incluso "esperanzador " me sugiere alguien a la espera tranquila de una resolución que con ayuda llega a solucionar su dolor, me gusta más que lo de cliente que me suena a comercio, al final son términos y aunque se una pensamiento y lenguaje , yo personalmente elijo paciente, cuestión de términos, por lo demás, verdad de la buena.

Gracias por arrojar luz.



Gracias por tu contestación.

A mí la palabra "Cliente" también me chirriaba, de momento parece que no hay nada mejor, detrás de las palabras está su ideología y la palabra "paciente" viene de un modelo médico en el que la persona que quiere la ayuda busca a un experto que le haga el trabajo de sanación. 

Hay veces en la vida que ese modelo directivo es necesario, pero cuando nos referimos a un proceso psicoterapéutico no lo comparto, aunque hay muchos profesionales de la psicología que lo usan. La palabra "cliente" pretende dar el poder a quien hace el proceso relegando al psicoterapeuta a una posición de facilitador.

En última instancia palabras, pero lo que importa es la visión que está detrás de cada modelo, la cual va a configurar cual va a ser la relación terapéutica que facilite el mejor desarrollo del potencial de la persona que necesita la ayuda terapéutica.