Mirada renovada

martes, 18 de diciembre de 2018



Entrevista "Correo de Galicia"


“La muerte no tiene por qué ser una experiencia trágica”

A la sociedad occidental le cuesta un mundo hablar de la muerte, a la que intenta darle la espalda todo lo que puede, pero de la que es imposible escapar. Aún con la sombra de Halloween presente, llega la segunda edición de Muerte (Ediciones Carena), un ensayo que “puede ser un apoyo y una ayuda para superar la pérdida de un ser querido”

Aitor Barrenetxea - FOTO: Estela
Aitor Barrenetxea - FOTO: Estela

MARÍA ALMODÓVAR. SANTIAGO   | 10.12.2018 
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"Necesitamos en Occidente ­devolver a la muerte el lugar que le corresponde". ¿Por qué somos tan cobardes y nos cuesta hablar de ella?
Vivimos en una civilización en la que de manera infantil sólo queremos la parte agradable de la vida, negando y rechazando lo que no nos gusta. Esta actitud genera el problema que cuando esas experiencias que no nos gustan suceden, nos encontramos sin recursos para estar a la altura de las circunstancias.
Aitor, yo no puedo dejar de ver la muerte como una tragedia, a pesar de que nos pueda esperar 'algo mejor'.
Al margen de considerar que esta vida tiene trascendencia o no, la muerte no tiene por qué ser una experiencia trágica. De hecho hay personas que ­acaban el ciclo vital de su cuerpo ­físico, de manera serena, lúcida, ­expandiendo amor hacia sus seres queridos. Cuando estamos en paz con el hecho de que el tiempo que queda es muy escaso y los seres queridos están en sintonía, el resultado será una ­experiencia de Autenticidad y de Amor con mayúsculas. En vez de ser ­víctimas indefensas de la muerte, podemos ser protagonistas del final de la existencia del cuerpo físico.
¿Qué nos puede aportar el budismo para afrontar la muerte de otra manera?
Hay una frase que dice "Morimos como vivimos". La práctica de la meditación es una poderosa herramienta de transformación. Uno de los grandes problemas de nuestra civilización es que vivimos mirando hacia fuera, la meditación nos proporciona una mirada interior que nos ayuda a tener un mayor conocimiento de nosotros mismos. A manejar de manera más eficiente el dolor emocional que emerge ante las situaciones adversas de la vida y poder así aceptar lo que no podemos cambiar. Además, a través de la experiencia meditativa podemos tener atisbos de una identidad más profunda que en su desarrollo nos puede proporcionar la visión de que la muerte del cuerpo no es más que un tránsito a otro tipo de existencia.
En el libro cita esta frase de Einstein: "La mente es como un paracaídas. Si no se abre, no funciona". ¿Qué debemos creer, entonces?
Utilizo esa frase en el libro para indicar que nuestra aproximación a esa realidad última que somos en esencia tiene que ser a través de la experiencia. De poco sirve que lo hagamos a través de la mente conceptual por medio de pensamientos, siendo de esta manera inaprensible.
También es muy significativa esa frase: "Nos preparamos para conseguir logros, pero no nos preparamos para la muerte".
Esto es una confirmación más de la actitud que tenemos hacia la vida, solo queremos su parte amable. Pero la vida está hecha de pequeñas muertes, las cuales vividas con comprensión pueden llevar a prepararnos para la gran pérdida que es la muerte del cuerpo físico. Hay una frase sabia de un maestro estoico de la antigüedad, Epícteto, que decía: "Vive como si todo lo que tienes y valoras lo has recibido prestado y algún día lo tendrás que devolver".
Queremos huir del dolor, y es inevitable pasar por él.
El dolor emocional vivido sin comprensión de lo que este necesita para ser transformado, genera mucho sufrimiento innecesario. Hemos estudiado muchos años y es increíble que en nuestra formación no haya existido algún apartado que considerase al mundo emocional. A nivel personal la introspección que me ha aportado la meditación me ha servido para poder observar las dinámicas del sufrimiento interior y al hacerlas conscientes, poder así transformarlas. En general, se tiende a la evitación, por eso es tan extendido hoy en día el abuso de sustancias y actividades que tienden a comportamientos adictivos, para poder anestesiar lo que duele.
En muchas ocasiones no aprovechamos el presente y nos centramos en el pasado o el futuro...
La vida es lo que sucede siempre en el presente, mientras frecuentemente nos encontramos disociados y proyectados en el pasado y el futuro. Vivimos asiduamente experiencias paralelas a la realidad, por eso en el budismo se habla del despertar de ese estado de ensoñación en el que en general nos encontramos y esto se logra a través del desarrollo de una mente actualizada en el aquí y ahora.
Creo es esta frase no puede ser más real: "La muerte de alguien a quien quieres es como una bomba que explota, cuanto más cerca estás, más daño te causa".
Lo que perdemos es el vínculo que teníamos, por lo tanto a mayor conexión, más profundo será el dolor por la ausencia de ese ser querido.
Siempre oímos decir que el tiempo lo cura todo. ¿Es eso ­cierto o simplemente la emoción se duerme?
Vivimos en la ignorancia fruto de una cultura de negación y evitación del dolor emocional. La sanación de la herida por la pérdida de un ser querido requerirá de que de manera activa y resolutiva vivamos el dolor emocional, diciendo adiós a lo que ya nunca más podrá ser vivido.
Creo que es una verdad como un templo lo siguiente: "Una gran parte del sufrimiento es ­autoinfligido y lo avivamos cuando nos dejamos llevar por el pensamiento automático, asociado al dolor emocional".
A veces ante la intensidad de nuestro sufrimiento queremos poner distancia del dolor emocional sin conseguirlo. La meditación me ha ayudado a tomar menos en serio a esa voz que rige mi cabeza y en momentos de aflicción a no identificarme con el pensamiento inconsciente, procurando estar solo en la sensación física de la emoción, ya que en caso contrario retroalimentamos el sufrimiento.
Para finalizar la entrevista, ¿te gustaría añadir algo más?
Estamos tocando temas de gran profundidad como el ­sufrimiento, la muerte, la trascendencia...
Me imagino que ante lo limitado que es esta entrevista y la gran magnitud de lo tratado, muchas de las preguntas que han podido surgir con la lectura de esta entrevista es probable que encuentren su contestación durante la lectura del libro.

Escritor
"Vivimos en una civilización en la que de manera infantil sólo queremos la parte agradable de la vida, negando y rechazando lo que no nos gusta"