El mundo adulto que hemos creado
tiene una carga de seriedad exagerada que ahoga nuestra genuina expresión. Nos
encontramos presos de personajes que creamos para protegernos de las heridas de
la infancia, pero al mismo tiempo las
capacidades expansivas de jugar, de divertirnos, nuestra vitalidad… han quedado mermadas.
De poco sirven las palabras para
intentar expresar las cualidades expansivas de ese/a niño/a. Este video de Bobby Mcferrin & Richard Bona es la expresión de quienes están
conectados a ese inmenso y genuino potencial, que en nuestro interior yace en estado latente.
Que la chispa de esos dos adultos,
a través de los cuales brilla su niño interior te contagie y que tu forma de
vivir se vaya impregnando de la alegre espontaneidad del
tuyo propio, para que un día, en este
desolado mundo, esa gracia expansiva llegue
a convertirse en epidemia.