Qué sucede después de la muerte del cuerpo físico, es el
gran misterio en el que nos vemos envueltos sin excepción todos los seres
humanos.
En general a través de planteamientos cognitivos, la mayor
parte de los mortales nos posicionamos
en las tres posiciones comentadas a continuación:
Hay quienes se definen rotundamente como ateos, afirmando
que la muerte es el final de todo, no hay nada más.
En contraposición a estos, existen quienes conciben que
tenemos una dimensión más profunda, la cual no muere con la muerte del cuerpo
físico y que ésta no es más que un tránsito a otra existencia.
Entre estas dos posiciones hay quienes se reconocen como
agnósticos, afirmando que no tienen la certeza de ninguna de las posiciones
anteriores.
Pero siempre han existido un reducido número de personas,
tanto dentro de las religiones establecidas como fuera de ellas, que han
procurado esclarecer la verdad de la existencia humana. A través de
procedimientos introspectivos como la meditación o la contemplación, han llegado a percibir a nivel experiencial la existencia de una Identidad más profunda, la
cual perdura, a la muerte del cuerpo físico.
Sri Aurobindo fue uno de esos seres humanos que alcanzó las
cotas más altas de realización interior. Ejerció su Maestría espiritual en la India durante la primera
mitad del siglo XX. Entre sus libros destaca, "Savitri” "; un poema épico de
24.000 versos, escritos en inglés, distribuidos en forma de cantos a lo largo
de 12 libros. Por la dedicación que le prestó y en sus propias palabras: “es el libro en el que he resumido toda mi
visión y todo lo que he escrito”.
De
este inmenso caudal, que supone la ingente producción de tan genuino Maestro
Espiritual, he escogido un puñado de versos que hablan con gran belleza y
profundidad del fenómeno de la muerte.
Utilizando
magistralmente, creando imágenes exquisitas con vocablos contrapuestos (oscuridad-luz,
sufrimiento-éxtasis, derrota-victoria, noche-día…) nos conduce a la gran
paradoja. La muerte no es más que una
puerta de acceso a la vida, a esa que está más allá del aparente y caduco cuerpo
físico, un descanso que el espíritu toma en su peregrinar
hacia la autorealización de su Esencia Consciente.
Sirva
como botón de muestra de su gran visión en las profundidades del conocimento
humano, este pequeño e impresionante número de versos.
Todo aquí es un misterio de contrarios:
la oscuridad un prodigio de Luz ocultándose a sí misma,
el sufrimiento la trágica máscara de un secreto éxtasis
y la muerte un instrumento que perpetúa la vida.
A pesar de que la Muerte nos acompaña en el camino de la Vida,
sombría presencia al comienzo del cuerpo
y última sentencia de los fútiles trabajos del hombre,
otro es el enigma de su ambigua faz:
la Muerte es un escalón, una puerta, una zancada vacilante
que el alma debe dar para cruzar de nacimiento en nacimiento,
una gris derrota preñada de victoria,
un azote que nos fustiga hacia nuestro estado inmortal.
El mundo inconsciente es el habitáculo que el espíritu se construyó,
la Noche eterna la sombra del eterno Día.
No es la Noche nuestro comienzo ni nuestro fin;
es la oscura Madre en cuya matriz nos hemos escondido
a salvo de un despertar demasiado rápido a un mundo de dolor.
Llegamos a ella desde una Luz suprema,
por la Luz vivimos y hacia la Luz nos dirigimos.
* Estos versos que hablan acerca de la muerte, han sido extraídos de "Savitri", de
una versión traducida al español que se puede consultar y descargar en esta página: http://savitr.blogspot.com.es/2010/01/la-leyenda.html
* Sri Aurobindo fundó la
revista Arya, en la que fue publicando su visión de la humanidad, su evolución,
el destino divino de la Tierra, los Vedas, los Upanishads, el Gita... Más tarde
esos artículos de la revista fueron recopilados y publicados en forma de
libros, y años después fueron traducidos a otras lenguas, incluida el
castellano. En España, la Fundación Sri
Aurobindo de Barcelona realiza esa labor desde los años 70. (http://www.fundacionaurobindobcn.com/publicaciones.php?id_sec=5077)