HAKOMI.
PSICOTERAPIA CENTRADA EN EL CUERPO
(Publicado en junio de 2012)
Esta
breve descripción del enfoque Hakomi te permitirá familiarizarte con el
método.
Hakomi
se basa en la idea de que gran parte de nuestro sufrimiento cotidiano es en
realidad innecesario y está producido por actitudes, creencias y programas
inconscientes, que nos ayudaron a transitar durante nuestra infancia, se
cristalizaron y a día de hoy no están actualizados, siendo innecesarios. Este
enfoque está diseñado para hacer conscientes y transformar tales creencias.
Este es un método de autoestudio y autodescubrimiento en compañía de un/a
terapeuta. Puede traer a la conciencia procesos mentales, normalmente
inaccesibles, de una forma suave y eficiente. Una vez que estos procesos
mentales (como recuerdos, hábitos, emociones...) se hacen conscientes, pueden
facilitar que esas creencias que nos limitan el potencial y nos generan un
sufrimiento innecesario sean examinadas y modificadas, para proporcionarnos una
manera más realista y satisfactoria de vivir la vida.
El
enfoque Hakomi es una Psicoterapia Experiencial. No se trata de hablar de tus
problemas, ni de tener una larga conversación especulativa acerca de tus
dificultades o tu historia emocional. Estamos convencidos de que tu historia
emocional, la parte de ésta que ha creado las creencias y los hábitos
inconscientes con los que te enfrentas al mundo, está operando en este preciso
momento. Tu historia está presente en tu forma de hacer las cosas, en como te
vives instante a instante . Por lo tanto, puedes esperar que el/la
psicoterapeuta facilite el que tú tomes conciencia de estos hábitos y tú
mismo/a descubras su significado, por medio de breves experimentos llevados a
cabo en atención plena (Mindfulness).
Este
trabajo de auto-descubrimiento asistido, requiere que seas capaz de entrar en
un proceso de introspección carente de juicio y estés lo suficientemente
centrado/a como para tomar conciencia de tus propias reacciones internas, como
si estuvieras observando el comportamiento automático de otra persona. El
terapeuta desde una posición cálida, comprensiva, sin juicios y mostrando un
profundo respeto por la expresión de tu proceso, intentará propiciar un espacio
seguro donde pueda facilitar el desplegar de la experiencia que necesitas para
sanar.
Hakomi
es una psicoterapia centrada en el cuerpo. Parte de una visión integrada del
ser humano, en el que su experiencia física, cognitiva y emocional está
interrelacionada. En el contexto terapéutico, los patrones habituales de
movimiento y las estructuras corporales, serán utilizados como una poderosa
ruta de acceso, de procesamiento y transformación del profundo material
inconsciente, especialmente de esas creencias negativas que dan forma a cómo
nos relacionamos con el mundo y con nosotros/as mismos/as.
El
terapeuta Hakomi sigue muy de cerca tu expresión verbal y no verbal, el
contenido, tu tono de voz, movimientos, gestos, postura, expresiones faciales...
Al observar esto, puede hacerse una idea acerca del material inconsciente que
está controlando tu propio comportamiento automático. Basándose en esa idea, el
terapeuta te propone realizar breves experimentos, a menudo una simple frase o
un experimento con el cuerpo, que se llevan a cabo mientras estás en un estado
de atención plena. Estos pequeños experimentos, a menudo, provocan claras
reacciones, casi siempre emocionales. Estas se vinculan con los procesos
mentales inconscientes que las crean. Cuando una reacción sucede, momentos más
tarde, los recuerdos, las creencias y asociaciones que habitualmente emergen,
te ayudarán a dar sentido y significado a esa reacción. Una vez que estos
recuerdos y creencias se hacen conscientes, nos encontramos ante la gran
oportunidad de examinarlos y modificarlos.
Los
cambios altamente favorables que puedes obtener con esta práctica son: Poder
lograr una comprensión mucho más profunda de ti mismo/a, que te permita
transformar conductas negativas persistentes, que te conduzcan a un
significativo desarrollo de tu potencial. Durante este proceso, la vivencia de
emociones dolorosas va a tener un importante impacto en el cuerpo, liberando a
éste de bloqueos energéticos que pudieran ser la causa de problemas psicosomáticos.
El resultado se expresará como una vida cotidiana más liviana y satisfactoria,
con un mejor tono energético, envuelta en unas relaciones más plenas con tus
semejantes.
PRINCIPIOS (Publicado en junio de
2012)
El principal objetivo de la alianza terapeútica es
crear las condiciones más favorables que puedan facilitar un pleno proceso
de transformación. Con este fin, en la práctica de la Psicoterapia Hakomi
nos dotamos de unos fundamentos a los que llamamos "PRINCIPIOS" que
van a consistir en la filosofía subyacente que permea este enfoque y que
condicionará la forma en la que el/la terapeuta se va a relacionar con la
persona o grupo que pretende hacer cambios significativos. ¿Cúal va a ser la
actitud del/la terapeuta? ¿Cómo se facilita el proceso de sanación?...
Cada enfoque terapeútico lo declare o no, tiene sus
propios principios.Hace años, en los comienzos de la práctica de la
Psicoterapia, el terapeuta debía encarnar el rol de una pantalla neutra, con
una actitud de desapego emocional, sin contacto visual... Hoy en día
investigaciones llevadas a cabo sobre la relación terapeútica, nos muestran
que: el estar conectado emocionalmente con el cliente en atención plena, ser
comprensivo, compasivo, crear un espacio seguro..., son actitudes que van a aumentar
las posibilidades de éxito de la práctica.
No se trata de que la figura del terapeuta sólo esté
de acuerdo con esos principios, sino que pueda encarnarlos, para que su modo de
hacer, de facilitar el proceso, sea expresión viva de estos, creando así un
contexto emocionalmente positivo que maximice el proceso sanador. El enfoque
Hakomi siempre ha enfatizado que después de la motivación del cliente en la
práctica de la psicoterapia, el desarrollo personal del terapeuta es el
elemento más influyente en la evolución del proceso. Así la profundidad con que
éste encarne los principios irá a determinar la eficacia del método.
Para ilustrar lo anterior podríamos citar a Chogyam
Trungpa:
"El trabajo básico de los profesionales de la
salud en general y de los psicoterapeutas en particular, es llegar a ser seres
humanos plenos, para inspirar esa plenitud a personas que la sienten
ausentes en sus vidas,"
Estos principios no son ideas que ha sido creadas
recientemente, sino que han existido siempre en diferentes ámbitos, como
patrimonio de la humanidad y provienen de la sabiduría de viejas tradiciones.
Voy a enumerar y explicar de manera breve varios
principios que son el corazón, la filosofía subyacente, en la que se enraiza la
práctica del enfoque Hakomi:
- La Atención Plena-Mindfulness va a consistir el principio que le va a dotar a esta práctica de profundidad en el proceso de introspección. Consistirá en desarrollar un foco de observación del fluir de la experiencia interna, que de manera alerta y relajada, no rechace, ni juzgue, ni analice, ni intente cambiar nada, simplemente dé la bienvenida y acoja con un corazón abierto al desplegar de la experiencia, especialmente a ese dolor emocional, conductas negativas persistentes, creencias…, que nos limitan la capacidad de vivir y nos producen un sufrimiento innecesario, posibilitando así su transformación. Para que la persona que hace el proceso pueda disponer de una mayor atención plena, será fundamental que la figura del/la terapeuta que le va a acompañar, disponga de un considerable desarrollo de esta atención.
- Organicidad. En contraposición con la visión que posiciona al/la Psicoterapeuta como un experto que sabe lo que tiene que hacer el paciente para sanar. El principio de organicidad considera que dentro de cada cliente* existe un impulso inteligente y creativo hacia la salud y que la labor del/la terapeuta es simplemente la de crear un marco, una atmósfera emocional, que facilite el desplegar de ese proceso que quiere suceder.
- No Violencia. Este principio tiene que ver con la resistencia o las defensas que aparecen durante el proceso terapeútico, que lo dificultan y que son manejadas por otros enfoques por medio de la confrontación y el intentar "romper" esas defensas. En Hakomi apoyaremos lo que se llama "defensas”, pues este principio de no violencia considera que la fuerza genera contrafuerza. No queremos entrar en conflicto con éstas, simplemente vamos con su flujo y las estudiamos, pues tenemos la convicción de que es el amor y no la fuerza lo que las va a transformar de una manera genuina y de esta manera estamos creando unas condiciones más favorables para conseguir la colaboración de la mente inconsciente, la cual es indispensable para que se dé un profundo proceso de transformación.
- Integración Cuerpo-Mente. A diferencia de enfoques o disciplinas reduccionistas, este principio nos proporciona una visión holística en la que el cuerpo y la mente son partes de un mismo sistema, donde los pensamientos, emociones y experiencia corporal están interrelacionadas.
La forma en la que usamos nuestro
cuerpo es expresión de nuestra psicología. Su estructura, postura, cómo se
mueve, tensiones, expresión facial, tono de voz...revelan información. Para
quien pueda tener conocimiento de la interrelación del cuerpo con la mente,
éste puede ser una valiosa ruta de acceso a material inconsciente y un
territorio muy favorable para su posterior transformación. La integración del
cuerpo en el proceso, proporciona a la psicoterapia de una dimensión que le da
más profundidad y tiene además el potencial de liberarlo de bloqueos
energéticos, que son la causa de problemas psicosomáticos.
- Unidad. Este principio afirma que el universo está formado por una red en la que todos sus elementos son inseparables y están interrelacionados. Desde una perspectiva personal, somos sistemas orgánicos vivientes compuestos de partes, que a la vez también formamos parte de sistemas más complejos. Aplicado esto a la práctica de la psicoterapia, podemos constatar que se pueden dar diferentes niveles de interrelación. A un nivel intrapsíquico será conveniente el posibilitar que el cliente identifique partes de su experiencia interna que están en conflicto, con el fin de crear comunicación; una vez que ésta es restablecida, un mayor sentido de totalidad es experimentado, facilitando en consecuencia que ocurra la reorganización y sanación. En la relación terapéutica se puede dar un nivel superior de unidad, sucede cuando las barreras egóicas de las dos partes se disuelven para dar paso a una realidad superior, estaríamos en este caso ante un nivel de Unidad Transpersonal en el que el proceso sucede guiado por una Inteligencia Superior.
*El término “cliente” aunque para
algunas personas pueda sonar extraño, en contraposición al de “paciente”
pretende diferenciar, que la inteligencia de la transformación está en la
propia persona que hace el proceso en vez del/la terapeuta. Algo que
desarrollaré de manera más explícita, en una futura aportación.
COMENTARIOS
Muy
interesante pero ¿Sería tan amable de explicarme esta frase?:
"En la relación terapéutica se puede dar un nivel superior de unidad, sucede cuando las barreras egóicas de las dos partes se disuelven para dar paso a una realidad superior, estaríamos en este caso ante un nivel de Unidad Transpersonal en el que el proceso sucede guiado por una Inteligencia Superior"
"En la relación terapéutica se puede dar un nivel superior de unidad, sucede cuando las barreras egóicas de las dos partes se disuelven para dar paso a una realidad superior, estaríamos en este caso ante un nivel de Unidad Transpersonal en el que el proceso sucede guiado por una Inteligencia Superior"
Lo voy a
intentar, pero de antemano te digo que pretender explicar con conceptos lo que
pertenece a un plano superior de experiencia transpersonal no funciona, si no
has experimentado dicha vivencia.
Te voy a poner un ejemplo. Imagínate que te pregunto. ¿Cómo es el sabor a chocolate? Si yo lo he probado, al margen de tu explicación, podré compartir o no lo que me dices y a pesar de ello yo ya conozco la experiencia. Pero en caso negativo me puedes dar toda la información que quieras, que no serán más que ideas que nunca me ayudarán a tener una comprensión de esa realidad.
Por lo que si no has tenido la experiencia de sentir que dentro de ti hay una dimensión más profunda, que trasciende el plano personal, por eso se llama transpersonal y se expresa con un sentimiento de unidad con todo lo que nos rodea. Mis palabras no van a ser suficientes para que tengas la comprensión de esa experiencia.
De todas formas, si tuvieras interés por intentar poder comprender dicha experiencia, te recomiendo el libro "El Poder del Ahora" de Eckhart Tolle. Este autor tiene la especial habilidad de apuntar de una manera sencilla a esa realidad, sus palabras no van destinadas a que tengas una comprensión conceptual de esa dimensión profunda, sino que van a indicarte el camino para que puedas experimentar esa realidad.
Aitor
RELACION
TERAPEUTICA (Publicado en junio de 2012)
En el enfoque Hakomi la Relación Terapéutica se basa
en unos Principios, de los que ya he comentado anteriormente y ahora con
esta aportación pretendo matizar y profundizar.
Fue clave la persona de Carl Rogers para dar una nueva
visión al papel de los roles de psicoterapeuta y paciente en la relación de
ayuda. El planteamiento esencial de su enfoque proviene de considerar al ser
humano como poseedor de una tendencia innata a la autorealización,
esto es, a la superación constante y al desarrollo progresivo de su potencial.
Su gran aportación fue dejar de ver a la persona que recurría a la psicoterapia
como alguien dependiente que debía seguir las directrices del psicoterapeuta.
Es por eso que descartó de su leguaje palabras que denotaban dependencia,
limitación, como “paciente”, “diagnóstico”… Dando lugar a un nuevo
posicionamiento del psicoterapeuta en la relación de ayuda, que lo
denominó “centrado en el cliente”, la cual reconocía que la inteligencia del
proceso residía principalmente en el interior de la persona que recibía la
ayuda.
Ron Kurtz el fundador del enfoque Hakomi se posicionó
claramente con Carl Rogers asumiendo el
principio de organicidad, como lo demuestra en la siguiente cita:
“El cliente no es un problema a ser
resuelto, sino un proceso que quiere suceder”.
En consonancia con lo expresado anteriormente nuestra
labor como psicoterapeutas es reconocer ese proceso que se quiere dar en el
cliente y crear las condiciones más favorables (relación terapéutica),
para que ese impulso inteligente y creativo hacia la salud y la plenitud que
reside como potencial dentro de cada ser humano, pueda desplegarse de
manera óptima.
A diferencia de las máquinas que tienen que ser
reparadas por algo externo, los seres humanos tenemos recursos internos para
promover el cambio; reorganizándonos, sanando y desarrollando
nuestras inmensas capacidades.
Otro gran visionario que realizó una importante
aportación a la psicoterapia fue Wilhem Reich a través de la
incorporación del cuerpo físico al proceso. Comenta en su libro “Carácter
y análisis” (1949):
“La totalidad del mundo
de la experiencia pasada está encarnando el presente en la forma de actitudes
de carácter. El carácter de una persona es la suma total de las experiencias
del pasado… El doctor no necesita reconstruir el momento traumático, pues éste
continua existiendo en cada respiración que el paciente toma, en cada gesto que
hace.”
Las expresiones corporales dan a la psicoterapia
centrada en el cuerpo Hakomi el
gran poder que tiene (Principio de
integración cuerpo-mente), debido a que revelan y proporcionan acceso
a esos modelos mentales inconscientes que fueron creados durante nuestra
infancia, los cuales nos hacen sufrir innecesariamente, y que nos proporcionan
una idea distorsionada de lo que somos, lo que podemos esperar del mundo,
por lo tanto condicionan nuestra experiencia y comportamiento,
operando como hábitos fuera de nuestra conciencia y aunque son inconscientes
influencian poderosamente en nuestra vida cotidiana.
Lo que hace que la psicoterapia centrada en el cuerpo
sea tan efectiva es que el lenguaje corporal del cliente nos está dando una
información que es una directa expresión del inconsciente y que sólo las
palabras, la parte consciente no nos puede proporcionar. Así que para
quien pueda tener conocimiento de la interacción de la mente con el cuerpo, la
expresión no verbal le va a indicar posibles rutas de acceso
a material inconsciente.
Además durante el procesamiento nos encontramos con
que el dolor emocional tiene una expresión somática y muchas veces de manera
automática e inconsciente el cuerpo intenta reprimir esa energía
dolorosa. Partes del cuerpo se defienden de manera habitual creando
tensión, amortiguando ese dolor, pero al mismo tiempo impidiendo
que podamos hacernos dueños de esas energías contenidas, para poder vivirlas en
plenitud y de esa manera liberarlas.
Alineados con el
principio de no violencia reconocemos esas defensas y en lugar de luchar
contra ellas las apoyamos. En algunos casos será importante el ayudar a
nuestros clientes para que comprendan su significado, las razones por las
que esas defensas fueron creadas y es en ese momento después de vivir el dolor
emocional causado por la herida psicológica de la que se estaban
protegiendo, donde el adulto/a puede tomar conciencia de que los
motivos por las que el/la niño/a tomó aquellas decisiones ya no existen.
Pudiendo crear en el favorable marco terapéutico, la nueva
experiencia que su modelo interno no le permite.
Si el cliente llega a vivir plenamente la energía
bloqueada esta se libera, la transformación ha ocurrido. Manifestándose
en su cuerpo sensaciones expansivas, agradables, completamente opuestas a ese
cúmulo de sensaciones desagradables que configuraba el dolor emocional.
Por todo lo expuesto anteriormente podemos considerar
al cuerpo como una poderosa herramienta de información y de transformación
durante el proceso psicoterapéutico, algo nada fácil de comprender para
quien no lo haya vivido de manera experiencial desde la posición de cliente o
terapeuta.
Gran parte del dolor que padecemos pervive en
nosotros/as, debido a nuestro rechazo a vivirlo. Esta
actitud nos aleja del principio
de unidad creando partes en conflicto: Consciente/inconsciente.
Adulta/o, niña/o, figuras parentales críticas. Estamos a veces en
conflicto con emociones como principalmente el enfado o las que nos conectan
con la vulnerabilidad (tristeza y miedo). A nivel somático nos podemos
encontrar con partes del cuerpo que no se relacionan, es típica la
división entre los lados derecho e izquierdo del cuerpo... Por eso será importante
que el terapeuta muestre interés por esas partes que en la experiencia vital
del cliente no son aceptadas y por medio de nombrarlas, validarlas y
aceptarlas, pueda fomentar esa nueva relación en la persona que es sujeto del
proceso.
Nadie está libre del dolor y para poder
emanciparnos de él necesitamos de su aceptación. Pero nuestra negación y
rechazo de éste hacen que alberguemos guerras en nuestro interior. Necesitamos
reconocer que esas partes que duelen nos pertenecen, no son nuestro enemigo
y que sólo una actitud de un corazón abierto a su vivencia podrá
transformarlas. Paradójicamente podemos ser pacifistas y anhelar una
convivencia planetaria donde la humanidad se viva como una hermandad,
cuando somos incapaces de instalarla dentro de nosotras/os, en el único
espacio del cual somos totalmente responsables.
La Atención Plena será el ingrediente necesario para
que el cliente vaya poniendo luz en esas partes oscuras de su existencia
de las que no es consciente o las rechaza y que vaya desarrollando una calidad
de atención, que crece cada vez con un mayor amor hacia él/ella mismo/a, para poder disolver así
esas formas limitadoras del pasado que habitan en su interior. Será deseable
que el estado de conciencia plena del terapeuta acompañe al cliente
facilitando así su desarrollo y mantenga un estado de presencia no
conceptual ante el despliegue de la experiencia verbal y no verbal del cliente,
desde donde pueda observar la realidad sin ser contaminada por ideas
preconcebidas o por modelos psicológicos teóricos. Todo esto desde una PresenciaAmorosa que recibe la totalidad de la vivencia del cliente con un corazón
abierto y apoya el desplegar de su experiencia hacia el desarrollo de su pleno
potencial
COMENTARIOS
Interesante y por propia experiencia muy válido. Sí señor.
El lenguaje desde luego pertenece al mundo de la psicología y puede ser " denso y árido " para el que no esté familiarizado con terminología del campo sobre el que se teoriza, por lo demás ningún pero o tal vez si, algo que quizás no tenga demasiada importancia, la terminología, la variación de paciente por la de cliente, será así , pero lo de paciente me parece más real e incluso "esperanzador " me sugiere alguien a la espera tranquila de una resolución que con ayuda llega a solucionar su dolor, me gusta más que lo de cliente que me suena a comercio, al final son términos y aunque se una pensamiento y lenguaje , yo personalmente elijo paciente, cuestión de términos, por lo demás, verdad de la buena.
Gracias por arrojar luz.
Gracias por
tu contestación.
A mí la palabra "Cliente" también me chirriaba, de momento parece que no hay nada mejor, detrás de las palabras está su ideología y la palabra "paciente" viene de un modelo médico en el que la persona que quiere la ayuda busca a un experto que le haga el trabajo de sanación.
Hay veces en la
vida que ese modelo directivo es necesario, pero cuando nos referimos a un
proceso psicoterapéutico no lo comparto, aunque hay muchos profesionales de la
psicología que lo usan. La palabra "cliente" pretende dar el poder a
quien hace el proceso relegando al psicoterapeuta a una posición de
facilitador.
En última instancia palabras, pero lo que importa es la visión que está detrás de cada modelo, la cual va a configurar cual va a ser la relación terapéutica que facilite el mejor desarrollo del potencial de la persona que necesita la ayuda terapéutica.